
Por: Pablo Emilio Obando
peobando@gmail.com
Si algo requerimos con urgencia los nariñenses son vías que permitan un verdadero desarrollo regional. Esa debe ser la bandera que nos una y nos convoque en estos momentos de nuestra historia. Las circunstancias de abandono estatal y deterioro de la red vial en nuestro departamento cada vez nos pesan más en afectaciones comerciales, turísticas, empresariales y humanas. Tras la destrucción de un puente que permitía el tráfico vehicular ente Nariño y el Cauca, vimos la gran tragedia de no contar con una infraestructura vial moderna y acorde a las exigencias de un mundo que mueve su economía por las carreteras y sistemas ferroviarios.
No es posible continuar repitiendo esta misma historia. Nuestro clamor debe oírse en nuestra clase dirigente y ser llevada a oídos del presidente electo de los colombianos en el sentido de designar a un nariñense como director de la ANI o Agencia Nacional de Infraestructura. Es ahí donde se apropian y destinan presupuestos para obras de este carácter que benefician a los pueblos y llevan progreso y bienestar.
Con todo respeto, pero de nada nos sirven embajadas, consulados, ministerios o cargos que no representen obras y presupuesto para Nariño. Tenemos cómo exigir y pedir por la sencilla razón que fue nuestro departamento el que encabezó un respaldo por las aspiraciones políticas y electorales de Gustavo Petro Urrego.
«Pueblo de Nariño, exijamos lo que en derecho propio nos pertenece. Este es el momento de redención o condena. Queremos la ANI como una muestra de gratitud y afecto hacia el pueblo nariñense».
Desde la ANI se puede favorecer a todas las localidades que conforman el departamento de Nariño. Vías terciarias y secundarias que hace rato se han constituido en una verdadera traba para la generación de empresa e industria, que no permiten la comercialización de productos agrícolas o pecuarios y que condenan a nuestros campesinos a una precaria existencia.
Vías que son simples trochas cubiertas de fango, caminos de herradura que se constituyen en un verdadero lastre para el crecimiento de nuestras economías locales y regionales.
Ganando la dirección de la ANI podemos arrancar de una vez por todas hacia una moderna infraestructura vial y dejar de postergar obras de vital importancia como la doble calzada Pasto – Popayán.
Pueblo de Nariño, exijamos lo que en derecho propio nos pertenece. Este es el momento de redención o condena. Queremos la ANI como una muestra de gratitud y afecto hacia el pueblo nariñense.