Foto: Pixabay |
Tomado de www.elespectador.com
Como parte del compromiso de este
país para eliminar la deforestación en el mundo, el Parlamento noruego votó a
favor de prohibir la compra de biocombustibles con productos de palma que no
demuestren que fueron producidos de manera sostenible.
En junio de 2016, Noruega se
convirtió en el primer país del mundo en prohibir la deforestación. Para ello,
los noruegos se comprometieron a que todos los productos en sus mercados
provendrían de productos con cadenas de producción “limpias”. Una primera
medida fue detener las donaciones, contratos e inversiones nacionales con
compañías que tuvieran lazos con la deforestación.
convirtió en el primer país del mundo en prohibir la deforestación. Para ello,
los noruegos se comprometieron a que todos los productos en sus mercados
provendrían de productos con cadenas de producción “limpias”. Una primera
medida fue detener las donaciones, contratos e inversiones nacionales con
compañías que tuvieran lazos con la deforestación.
Ahora, el país da un nuevo paso
adelante en la lucha contra la deforestación, al aprobar la prohibición de que
la industria de biocombustibles noruega compre aceite de palma y otros productos
asociados a la deforestación, a partir del primero de enero del año 2020.
adelante en la lucha contra la deforestación, al aprobar la prohibición de que
la industria de biocombustibles noruega compre aceite de palma y otros productos
asociados a la deforestación, a partir del primero de enero del año 2020.
“La decisión del Parlamento Noruego
sienta un importante precedente a otros países y subraya la necesidad de hacer
una seria reforma a la industria mundial de la palma de aceite”, dijo tras la decisión Nils Hermann Ranum, del grupo
conservacionista Rainforest Foundation Norway.
sienta un importante precedente a otros países y subraya la necesidad de hacer
una seria reforma a la industria mundial de la palma de aceite”, dijo tras la decisión Nils Hermann Ranum, del grupo
conservacionista Rainforest Foundation Norway.
“Esta es una victoria para los
bosques y para el clima”, añadió.
bosques y para el clima”, añadió.
La industria de la palma, no
obstante, no vio con tan buenos ojos la medida. Teresa Kok, la ministra de
Agricultura e Industria de Malasia anunció que su país ve esta medida como
“injusta, pues va en contra del libre comercio. Ciertamente es algo que nos
tomaremos muy enserio”, señaló.
obstante, no vio con tan buenos ojos la medida. Teresa Kok, la ministra de
Agricultura e Industria de Malasia anunció que su país ve esta medida como
“injusta, pues va en contra del libre comercio. Ciertamente es algo que nos
tomaremos muy enserio”, señaló.
En ese sentido, la ministra dijo que
la medida ponía en riesgo las conversaciones para un tratado de libre comercio
entre la Unión Europea y su país, cuya última ronda de negociaciones comenzaron
en mayo de 2017.
la medida ponía en riesgo las conversaciones para un tratado de libre comercio
entre la Unión Europea y su país, cuya última ronda de negociaciones comenzaron
en mayo de 2017.
Por su parte, Darrel Webber, el
ejecutivo de Ronda por el Aceite de Palma Sostenible, dijo que le pide a
Noruega “no ser cegado por el sentimentalismo”. “En su lugar, debería
desarrollar análisis objetivos, para que sus buenas intenciones para reparar
este problema no se desplacen y, en su lugar, causen mayores daños en otros
lugares”.
ejecutivo de Ronda por el Aceite de Palma Sostenible, dijo que le pide a
Noruega “no ser cegado por el sentimentalismo”. “En su lugar, debería
desarrollar análisis objetivos, para que sus buenas intenciones para reparar
este problema no se desplacen y, en su lugar, causen mayores daños en otros
lugares”.
Una amenaza a los bosques
La industria de la palma de aceite
–junto a la ganadería vacuna y la soya– se han convertido en los peores motores
de la deforestación en todo el planeta.
–junto a la ganadería vacuna y la soya– se han convertido en los peores motores
de la deforestación en todo el planeta.
En septiembre de 2018, la
organización Greenpeace lanzó un informe en el que señaló que por lo menos 25
empresas explotadoras de aceite de palma, 20 de las cuales están vinculadas a
marcas internacionales, fueron las culpables de la desaparición de 1.300
kilómetros cuadrados de selva en Indonesia, en lugares claves para la
supervivencia de orangutanes.
organización Greenpeace lanzó un informe en el que señaló que por lo menos 25
empresas explotadoras de aceite de palma, 20 de las cuales están vinculadas a
marcas internacionales, fueron las culpables de la desaparición de 1.300
kilómetros cuadrados de selva en Indonesia, en lugares claves para la
supervivencia de orangutanes.
Gigantes multinacionales como
Colgate-Palmolive, General Mills, Hershey, Kellogg’s, Kraft Heinz, L’Oreal,
Mars, Mondelez, Nestlé, PepsiCo, Reckitt Benckiser y Unilever estarían
comprando aceite de palma africana cuya procedencia estaría relacionada con la tala y quema del
bosque y, además, con la violación de derechos humanos de pueblos indigenas.
Colgate-Palmolive, General Mills, Hershey, Kellogg’s, Kraft Heinz, L’Oreal,
Mars, Mondelez, Nestlé, PepsiCo, Reckitt Benckiser y Unilever estarían
comprando aceite de palma africana cuya procedencia estaría relacionada con la tala y quema del
bosque y, además, con la violación de derechos humanos de pueblos indigenas.
Tras la fuerte evidencia presentada
por Greenpeace, Wilmar, la mayor comercializadora de palma de aceite en el
planeta, prometió que para 2020 su cadena de suministro sería completamente
limpia.
por Greenpeace, Wilmar, la mayor comercializadora de palma de aceite en el
planeta, prometió que para 2020 su cadena de suministro sería completamente
limpia.
No obstante, hubo fuertes protestas
en Indonesia, pues la empresa no dijo cómo lo haría ni qué medidas puntuales
tomaría. Por eso, meses más tarde, Wilmar accedió a monitorear vía satélite a
todas las fincas a las que compra su aceite, una de las exigencias de
Greenpeace para tomarse en serio las promesas de la compañía.
en Indonesia, pues la empresa no dijo cómo lo haría ni qué medidas puntuales
tomaría. Por eso, meses más tarde, Wilmar accedió a monitorear vía satélite a
todas las fincas a las que compra su aceite, una de las exigencias de
Greenpeace para tomarse en serio las promesas de la compañía.
Nota original: