El despertador del sur
Por: Jorge Arturo Bravo
despertadordelsur@gmail.com
El pasado 7 de julio, quienes, aun sin ser músicos, pero sí amantes y promotores de la buena música, como es la música andina colombiana y de toda nuestra riqueza cultural, recordamos con nostalgia, pero también con alegría, a uno de los grandes músicos y compositores que tuvo el departamento de Nariño y particularmente su capital San Juan de Pasto: Plinio Herrera Timarán, el “Maestros de Maestros” de la bandola, equiparándose con Luis E, Nieto, la dupleta, de los más grandes bandolistas de Nariño en todos los tiempos.
Plinio Herrera Timarán quien viajó a los confines de la eternidad, un 7 de julio de 1994 desde muy joven supo poner muy en alto, en la cumbre de los mejores, el pentagrama musical con los bellos temas en ritmo de bambucos, pasillos, valses y pasodobles de su autoría, que magistralmente interpretados por sus dedos virtuosos en la bandola, su más fiel compañera, traspasaron los aires locales, regionales y nacionales, regocijando hasta más no poder el oído de miles y miles de sus oyentes, amantes de este bello género musical.
Han pasado 30 años desde su viaje a la eternidad, y como pasa con todos, aun con personajes muy importantes, que escribieron páginas brillantes y gloriosas de nuestra historia nariñense, “preñada” de grandes y significativos episodios, hoy se encuentra en el más completo olvido, pues ya nadie se acuerda de Plinio Herrera Timarán, un “bandolista por excelencia”.
Sin embargo, el pasado domingo 2 de junio del presente año, en la clausura de las “Bodas de Oro” del Concurso Nacional de Música Andina Colombiana “Mono” Núñez, los nariñenses fuimos sorprendidos y de verdad que nos dio mucha alegría, observar y escuchar por la televisión a un joven trío bogotano el Trío “Plenilunio” quien interpretó magistralmente un bello tema del Maestro Plinio Herrera Timarán, “Ecos de Colombia” con el cual, les permitió ser ganadores del Premio “Mono Núñez”, en la modalidad de música instrumental, trío integrado por estudiantes de las universidades, Nacional de Colombia, Distrital y El Bosque. ¡Qué cosas! Mientras en Pasto olvidamos a nuestros artistas, en otras regiones de Colombia mantienen vivo su recuerdo e inmortalizan su nombre.