
Por Augusto Giraldo Cabrera Rodríguez
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Los episodios que me atrevo a narrar datan de muchos años, de recordación estudiantil y por casualidad de parentesco supe lo que él hizo y participó el 9 de abril de 1948. Tal vez, de esa época no haya quien dé testimonio de lo que voy a contar.
El soldado Justo Cabrera Bucheli fue reclutado en Sandoná, y con la divisa de “acto” colocado con lapicero sobre su pecho, lo llevaron a prestar el “servicio militar” obligatorio a un cuartel de la ciudad de Bogotá. Me decía: antes de esta fecha todo era normal en el batallón. Pero, para bien o para mal Justo Cabrera Bucheli estuvo activo en esa fecha del “Bogotazo” empuñó su fusil y por orden de sus comandantes y dada la algarabía que se formó en Bogotá en esta aciaga fecha salieron a patrullar las calles por la mencionada tragedia de la “muerte de Jorge Eliécer Gaitán”.
Las tropas militares, según contaba Justo Cabrera Bucheli se confundieron con el desorden, algarabía, rabia, enfurecimiento del pueblo por la muerte de su líder, los soldados no podían disparar y poner orden en tal tumulto y desbarajuste social, lo único que podían hacer es camuflarse entre la multitud, los soldados debían comparecer ante sus superiores en el respectivo cuartel donde prestaban su servicio militar, en ese día y a la hora exigida por sus superiores.
Me contaba que ellos también entraban a los almacenes, joyerías y locales comerciales se tentaban de llenar sus bolsillos con joyas u otros objetos fáciles de guardar dentro de sus prendas militares, pero todo era en vano porque como me contaba, ellos debían llegar al cuartel tal como los sacaban hacer el orden público en ese desafortunado día, siempre con su fusil al hombro, de lo contrario tendrían que someterse a la disciplina militar, además no tenían a quien entregar el botín adquirido en su servicio y aventura militar.
Estimados lectores del “Informativo del Guaico” lo que escribo lo hago bajo mi responsabilidad, quienes pudieran dar testimonio de todo este acontecer ya murieron, mi memoria del pasado vive conmigo. En la historia narrada por la gran prensa y de uno que otro sobreviviente de esa época hacen una ligera mención del comportamiento patriótico de los soldados de esa época.
A Justo Cabrera Bucheli, lo recuerdo, no solamente por este relato sino por otros acontecimientos de su vida, que no alcanzó a contarme (violencia, Manuel Marulanda, bandolerismo) después de haber cumplido con su deber de servir a la patria como soldado colombiano.
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