25 años: su último viaje

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Este 12 de noviembre, la comunidad de Sandoná conmemoró 25 años del trágico accidente que dejó tres víctimas mortales, trabajadores de la empresa de servicios públicos Emsan, Pablo Emilio Leytón, Miguel Yela Rodríguez y Gilberto Ágreda.

Aquel jueves, los operarios del vehículo compactador realizaron la tarea de recoger los residuos sólidos por las calles sandoneñas; en horas de la tarde emprendieron el viaje hacia el botadero de basura, ubicado en la vereda Plan Joya, en la parte baja de Sandoná.

El automotor especial, comprado por la Administración Municipal cinco años atrás, era conducido por Pablo Emilio Leytón, quien había reemplazado en esta labor al señor Ignacio Fajardo Rojas. Sus compañeros Miguel Yela Rodríguez y Gilberto Ágreda eran los encargados de recoger las bolsas de basura y subirlas al volco y luego maniobrar una palanca para compactarla.

A mediados de 1998 comenzó el proyecto de pavimentación del tramo Sandoná – Altamira, el primero que se ejecutaba en territorio sandoneño, en la vía Circunvalar Galeras. Ya se habían ejecutado proyectos similares en Yacuanquer y entre Pasto y El Barranco, La Florida, de esta vía de 91 kilómetros.

Ese jueves 12 de noviembre de 1998, el operario de la retroexcavadora trabajaba en la ampliación de la vía en el sector de La Piedra del Sebondoy; en esta labor desprendió una roca de gran tamaño que no se quedó en la carretera, sino que continuó ladera abajo y le pegó al volco del carro compactador, que en ese momento hacia el recorrido por la vía Sandoná – San Gabriel, que está ubicada abajo de la vía Circunvalar Galeras.

Fue cuestión de unos segundos, para que la piedra impacte sobre la parte posterior del vehículo y haga perder el control del automotor al conductor, quien con sus acompañantes se fue al abismo y cayó en un zanjón. Pablo Emilio y Miguel murieron al instante, a Gilberto lo rescataron con vida y luego de cuatro días falleció en el Hospital San Pedro de la ciudad de Pasto.

¿Quiénes fueron las víctimas del accidente de tránsito?

Pablo Emilio nació en Ancuya el 25 de diciembre de 1952. Su madre fue la señora Clemencia Leytón y su padre el señor Manuel Gómez. Por parte de su madre tuvo dos hermanos: Luz y Juan y por parte de padre: Edis, Lucy, Riquelme, Orlando y Héctor.

Pablo Emilio, conocido como Pablo ‘Cachaco’, llegó muy joven a Sandoná y se dedicó a trabajar en los carros, inicialmente como ayudante del señor Lidoro Morán Meza y posteriormente en el mismo oficio con el señor Jorge Gómez Villota, quien fue el primero que le soltó su camión para que lo conduzca; posteriormente fue el conductor del camión del señor Morán Meza.

Durante 12 años trabajó con el señor Jaime Zambrano Rodríguez, en un doble troque y luego en una tractomula.

En 1995, cuando asumió el cargo de alcaldesa de Sandoná, la economista Nubia Pantoja Díaz, Pablo Emilio entró a trabajar a la empresa Emsan como conductor del vehículo compactador, en reemplazo del señor Ignacio Fajardo Rojas.

En su juventud había contraído matrimonio con la señora Ligia Benavides, de cuya unión nacieron sus hijos Pablo y Emilse. La familia Leytón Benavides se estableció en el barrio Obrero de Sandoná.

Gilberto Ágreda nació en Sandoná, su madre fue la señora Adela Ágreda. Luego de contraer matrimonio con la señora Rosario Nasmín se estableció en la calle 12 del barrio Meléndez, en donde nacieron sus hijos Orlando y Socorro.

Fue jugador de chaza; zurdo, razón por lo que algunos le decían ‘Cacha’. Entró a trabajar a Emsan desde 1988. Al momento de morir tenía cerca de 53 años.

Miguel Yela Rodríguez, era conocido como Miguel ‘Guayabo’. Con su compañera Otilia López establecieron su residencia en la carrera 7, barrio San José, al lado del Coso Municipal, hoy Hogar Infantil ‘Risas y Sueños’. Cuando falleció tenía 50 años.

La señora Otilia guarda celosamente las fotos de ella y su compañero, en un cuadro que hizo enmarcar con vidrio.

Pablo Emilio, Miguel y Gilberto fueron las primeras víctimas de la pavimentación de la vía Circunvalar Galeras, cuyo último tramo, La Cernidera, se terminó en el año 2019.

El niño que se salvó del accidente

Desde tiempo atrás a Pablo Emilio lo acompañaba, un niño muy querido por la comunidad sandoneña, Raimundo Rosero Zambrano, quien hacía todos los recorridos con los adultos, por las calles y luego hasta el botadero de basura.

Ese día, cuando ya se dirigían a depositar los residuos sólidos al botadero, Raimundo le dijo a Pablo Emilio que lo deje en la esquina de la carrera 4 con calle 4, conocida como la esquina de ‘Telecom’; efectivamente se bajó y se fue al garaje del señor Fernando Basante a ayudarle a su hijo, Wilson, a descargar un viaje de arena.

Cuando sus padres se enteraron del hecho pensaron que el niño también se había accidentado; nadie les daba razón y empezaron a buscarlo, unos minutos más tarde llegó a la casa y les contó que estaba con El Wilson.

Raimundo vive con su madre Rovira en el barrio Hernando Gómez. Su padre, el maestro Ever, falleció la semana pasada.

Author: Admin

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