como el Día Nacional de Prevención del Embarazo Adolescente, otro decreto como
todo aquí. En Medellín, en sesión de 11.II.08 del Concejo Municipal, se
presentó la cifra de 8640 gestaciones de menores de 18 años para 2007. La
propuesta de su presidente fue “es necesario pensar el problema desde todo el
ámbito social”, es decir un programa que abarque los componentes educativo,
cultural y de salud del problema, reunidos y no por separado (EL MUNDO,
14.II.08).
En entrevista radial (Caracol, 28.V.07) la Señora Luz Elena
Martínez, Directora de la Oficina de Embarazo Adolescente Adscrita al Despacho
de la Primera Dama del Dpto. (de Antioquia), decía que, para la fecha, aún no
había ni un solo estudio científico que diera respuestas a los interrogantes
del problema y que se lo trataba a punta de percepciones de buena voluntad del
funcionario de turno. Según ella la causa de la proliferación de las
gestaciones adolescentes era la falta de fácil acceso (por dinero u otras razones)
de ellas a métodos anticonceptivos. Opinión respetable.
(Semana Andina de la Prevención del Embarazo Adolescente), la Alta Consejera
para la Equidad de la Mujer, Cristina Plazas, la conmemoró con entrevistas en
la prensa, en las que señaló el fracaso (Caracol, 25.IX.12): el 50% de la
deserción escolar se debe a gestación adolescente. DIARIO DEL SUR (27.IX.12)
dice que “el mayor número de menores de edad en este estado (gestación)
corresponden a los municipios de Chachagüí, El Charco, Policarpa y otros”.
Pasto, paso obligado hacia Popayán y Cali; El Charco está ubicado en la
actualmente violenta Costa Pacífica; Leiva y Policarpa en el violento también
norte del Dpto., donde conviven cultivos ilícitos, delincuencia y ejércitos
privados, además de los grupos guerrilleros del sur del Cauca. Pero Plazas ni
siquiera menciona a este Dpto. en su entrevista de 24.IX.12, página Mincultura.
embarazo adolescente es causa y efecto –en una noria gigantesca que se
reproduce- de la soledad y del acentuado machismo en el que son levantados no
sólo nuestros niños y muchachos sino nuestras niñas y muchachas, ya no sólo por
sus madres y las mujeres mayores de su familia que le sirven de espejo
educativo sino por una combinación de lo anterior mezclado con las enseñanzas
que le deparan nuestros medios de comunicación, nuestra “cultura” televisiva.
Explosivo coctel. Hoy casi no se puede hablar ya de desconocimiento. De
descuido sí, a veces. En su soledad, la menor adolescente reproduce su miseria
creyendo que puede asegurar a su enamorado -otro adolescente solitario como
ella pero cargado de hormonas- “regalándole” un hijo suyo del que él evadirá
inmediatamente cualquier responsabilidad, con la ayuda de su familia (más de su
madre y hermanas). ¿Qué otros factores actúan? (La soledad no llega sola. Es
política y económica. Ya se ha tratado aquí). Pienso que hay que darle un
vuelco antropológico a la educación sexual que debe contemplar el estudio de
nuestro machismo masculino y femenino si lo que se desea es atacar la raíz.
Pero además, ser serios, ser honestos, coherentes. Edgar Torres, presidente de
la Asociación de Rectores de Nariño, reveló que los encargados de la educación
sexual son profesores de inglés, educación física, sistemas u otra especialidad
–sin ningún estudio adicional-, para completar su carga de 22 horas/semana
(DIARIO DEL SUR, 19 y 27.IX.12). Y así en toda Colombia. Si seguimos así,
preparémonos para rasgarnos las vestiduras los próximos veintisietes de
septiembre. 30.IX.12
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