Sarasty
Tomado de Diario del Sur
ajíes, porque ajices es el plural de ají aquí en el sur y si se quiere en
Pasto, pues responde al dialecto y no se debe corregir solo porque suena raro o
feo como diría cualquier profesor de lengua castellano no enterado aún de que
en los dialectos se respeta la expresión correspondiente al contexto cultural,
puesto en evidencia mediante la oralidad.
nombre de la agrupación musical compuesta por jóvenes que para mostrarse
autóctonos no han tenido que recurrir a ningún leitmotiv de esos a los que se
recurre cada y cuando se quiere parecer nariñense o pastuso: ruana, chuta y
alpargata, tratándose de la vestimenta y en el hablado a parte del tono, que no
entiendo por qué siendo de pasto muchos lo imitan falseando el acento para
decir palabras que reducen el léxico a bámbaro, tiritingo, cansina, viringo,
púchicas y carajo. Los Ajices con pinta de rockeros se oyen del sur, sin que en
ellos se advierta el afán por mostrarse típicos y esto solo ya es un punto a
favor de su arte.
desde el año pasado han puesto a bailar a sus paisanos con un ritmo que se ha
dejado de cultivar y esto también cuenta a su favor. Pues han rescatado al “son
sureño”. Este aire musical que según cuenta el maestro Fausto Martínez Figueroa
en su libro “Historia de la música” nació cuando Tomás Burbano acompañado con
la orquesta La Ronda Lírica grabó en los estudios de Sonolux su Bambuco
titulado “Son Sureño” por allá a mediados de 1967. Este bambuco según lo
explica el músico y escritor Fausto Martínez no era el bambuco tradicional que
hasta entonces se tocaba en la música colombiana pues se diferenciaba en el
acento rítmico puesto en el tiempo fuerte que le da una cadencia próxima al
currulao.
aproximación rítmica nada rara en cuanto que la cultura nariñense al igual que
la del valle del Cauca y el Cauca reciben influencia de la cultura
afrodescendiente del Pacifico por tener la región occidental ubica en el pie de
monte costero. Es así entonces como se comienza a escuchar esta tonada que identifica
al sur de Colombia en su música fiestera, música que hoy vuelven a interpretar
los Ajices con mucha propiedad y pone en la memoria de los pastusos ancestrales
canciones emblemáticas como: “El Cachirí”, “Agualongo”, “Sandoná” y “Penas por
un amor” del Trío Fronterizo
Sarandengue” grabado en 1997 por Sol Barniz, no se había escuchado en días como
estos otra canción con la impronta propia de la idiosincrasia nariñense. Quizá
debido a la aculturación generada por el fenómeno migratorio que ha enfrentado
la región durante estas últimas décadas, los ritmos autóctonos terminaron
contaminados por otros que los inmigrantes traen, pero además porque los medios
de comunicación masivos han popularizado canciones con aires extraños que desplazaron
a los propios. No por otra razón lo que se ha escuchado desde de unos
diciembres a este son canciones que suenan a parranda paisa, vallenato o saya.
Hoy los Ajices retoman el folclor de la región y
con mucho acierto cantan la copla sencilla y sin caer en el chiste procaz, con
verdadero humor en versos melodiosos cuentan historias a la manera del
romancero español como: “Desde que te me juiste mis labios son dos borrachos
tristes / recordando las noches de tantos muchos que tú me diste/. Desde que te
me juiste lloran tupidos mis ojos tristes / porque ya no te veo allá en el mercado
onde me quisiste”. Acompañados de acordeón, timbales, bajo y carrasca,
instrumentos propios del conjunto que alegraba los festivales en los barrios y
veredas donde se bailaba y se saboreaban empanadas de añejo, tamales, morcilla
con papa, hornado, frito y cuy bien asado. Gracias a los Ajices por brindarnos
estas piezas para bailar y llorar contenticos.
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