Rincón consaqueño
Por José Rodrigo Rosero Tobar
roserotobarjoserodrigo@gmail.com
Hace unos días, precisamente el 7 de abril, un cierto número de personas acudimos a la ciudadela Bomboná con el propósito de asistir a los actos de conmemoración de la llamada batalla de Bomboná, sucedida en el año 1822 en los campos de Cariaco del municipio de Consacá.
Y es que precisamente en este lejano rincón del territorio colombiano, nos resistimos a olvidar este hecho histórico de trascendencia nacional. Mientras algunos deponentes en una tarima acondicionada para la ocasión mencionaban que debía hablarse de conmemoración, la Presidente de la Academia Nariñense de Historia inició su intervención indicando que hace tres años en ese mismo sitio se celebraba el bicentenario de la acción. Me confundí, aunque no me sorprendí de tal aseveración porque luego entendí que la conmemoración realmente derivó en celebración.
Y es que la historia dejó de ser una asignatura independiente desde el año 1984 en los planes educativos y, luego, mediante la ley 115 de 1994, se la integró a las ciencias sociales. Ahora, la ley 1874 de 2017, establece la enseñanza obligatoria de la historia de Colombia en la educación básica y media y crea una comisión asesora para guiar su aplicación a nivel nacional, aunque hasta el momento la ley no ha iniciado su aplicación con rigurosidad.
Que pretenden con estas decisiones. Ocultar la verdadera historia al pueblo colombiano sumido siempre a una dominación total. Los poderosos de turno no han permitido que hechos que cambiarían la mentalidad de sus “gobernados” se den a conocer porque ineludiblemente el rumbo de los acontecimientos derivarían en una reclamación de índole general que también presumiblemente pondría en vilo las grandes prerrogativas de que gozan y han gozado siempre, en detrimento de los intereses de la comunidad en general.
Los destinos del país ha sido una prerrogativa de la oligarquía nacional. Por eso, no les interesa que se conozca que Juan José Nieto Gil, en 1861 (en rebelión de la Confederación Granadina) se convierta en el único Presidente afrodescendiente de Colombia y que antes de esto, en 1851 José María Melo, de descendencia indígena gobernara la nación, quien guiado por sus convicciones se uniera a una lucha verdaderamente libertaria en México en donde caería prisionero y fuera condenado a una sentencia letal; tampoco les interesa que los acontecimientos que cursan actualmente y que supuestamente beneficiarían al pueblo, sean entendidos y tergiversan deliberadamente la verdadera intención del gobierno nacional.
Consacá, 25 de abril de 2025
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