Por Emilio Jiménez Santiusti
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La decisión de continuar con Flabio Torres nos pone a los hinchas a conversar. Si me baso en el principio del fútbol, el cual pregona mantener y arropar proyectos, pues comparto la determinación. Sin embargo, soy un convencido de que la actitud, acompañada de algo de técnica de los jugadores, es la mejor herramienta para ganar en el deporte más hermoso del mundo.

No estoy de acuerdo con quienes exponen que hay intereses para que el Deportivo Pasto baje a la B, a nadie le conviene el equipo descendido, ni siquiera a los que ven al balompié exclusivamente como negocio; al contrario, se ha demostrado todos los esfuerzos para que al Tricolor le vaya bien. No podemos generar incongruencias salidas de todo valor por motivos personales o de simple opinión.

En las contrataciones está el problema, pero no por si son buenos o malos, sino porque no se ha entendido que Pasto es el plan Z para los jugadores cuando están en procesos de negociación. Para un futbolista, medianamente de peso, no es llamativo venir a trabajar para el equipo Volcánico. Tristemente por múltiples factores, y porque no se ha puesto sobre la mesa una estrategia social de vender un plantel serio y organizado desde el sentido natural.

Nos falta una estrategia socioempresarial para visibilizar a la institución como un buen empleador, para así fortalecerla en una reputación de valores, por ejemplo, concienciar al jugador para que entienda que al pasar por Pasto su carrera profesional será más exitosa; y no es mentir, es generar esa pasión inherente que solo se la comprende cuando se conoce sobre el comportamiento humano. Algo similar a cuando se dice que los Carnavales de Negros y Blancos son los mejores del mundo, no es cierto, pero así se siente, y hasta el turista se va con esa consigna.

Es urgente mostrarnos como una empresa apetecida para trabajar. Si bien se conocen los problemas económicos para ir al día con la nómina, sí se puede empezar a crear una identidad socioempresarial de valores, para que el jugador sienta emoción de llegar a Pasto, y no porque le tocó.

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