El café en la encrucijada: LXXIX Congreso Cafetero

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Por Alfonso Cuéllar Solano
Acuellar31@yahoo.com
Tomado de 
Seminario Virtual Caja de Herramientas
           
Hace pocas semanas concluyó la LXXIX edición
del Congreso Cafetero, sin que, el gremio hubiera llegado a conclusiones
precisas para hacer frente a la crisis que afronta la caficultura colombiana
,
desde hace por lo menos una década, marcada por una tendencia a la baja de los
precios en los mercados internacionales, que se refleja, por su puesto, en los
también bajos precios internos del grano,
“como lo indica el precio indicativo
compuesto, que está ahora, por debajo del nivel del año 2000, año que marcó el
periodo de crisis del café”, según, lo manifestó en el Congreso Cafetero el
Director de la Oficina Internacional del Café (OIC) el brasileño Robeiro
Oliveira. Estas consideraciones denotan la carencia de una política cafetera
para el sector mayoritario de los productores
, que son, los que cultivan en
tierras menores de 5 hectáreas, que no, para los grandes productores, que
aunque minoritarios, han pelechado junto con la burocracia de Fedecafé, de la
forma como fue constituida la organización institucional cafetera, un sesgo que
tiene en crisis su propia institucionalidad, pues, “ni son todos los que están,
ni están todos los que son”, lo que le ha hecho perder legitimidad y
representación. En este momento, la falta de política cafetera para todos tiene
su arista más sobresaliente en la carencia de una política comercial que ha
dejado en manos de los compradores el balón como si estos fueran los únicos
jugadores en el escenario.
El rasgo más sobresaliente de la situación
cafetera es la diferencia de criterios entre el gobierno,  por una parte, y los burócratas de la
Federación, por la otra, manifiesta en que esta última habla de un repunte de
la producción nacional, que no tendría lógica, sino fuera por desarrollos en la
productividad y el gobierno que considera que el punto clave, es precisamente,
la caída vertical de la productividad, una respuesta obvia, si se tiene en
cuenta, que ante la baja abismal del precio interno, el productor tiene que
reducir el uso de fertilizantes y otros insumos, así como, las labores de
mantenimiento, para reducir costos y poder sostener  la producción
.  Tuve la oportunidad hace pocos días en una
visita a la zona de más alta productividad del país, la de
Chinchiná-Manizales-Palestina, de comprobar de manera directa como se han
reducido las labores de beneficio a fin de ahorrar costos de mano de obra, lo
cual va en detrimento de la calidad del café y si eso acontece en algunas
fincas de esta productiva zona como lo será en las zonas dijéramos marginales
del país.
Precios internacionales a la baja
En la historia comercial del café a nivel
mundial, los precios se han comportado según los factores de producción y
consumo de la bebida y son el resultado de un componente variado de
circunstancias que van desde los stocks de café en New York y Londres, los
volúmenes de la cosecha brasileña y de Vietnam y claro la de Colombia,
fluctuaciones de las monedas duras, precios de los commodities, manejo
fitosanitario y edad de los cafetales y condiciones climáticas. Pero, en mi
concepto, ninguna de estos factores, ni aun todos reunidos, son la efectiva
causa de la baja en el precio internacional del café, pues todo, obedece a la
manipulación de los mercados por efecto de los “capitales golondrina” y lo que
llaman la compra de “futuros”
, que aunque, de diez compras virtuales, solo una
ha sido real, están demostrando la capacidad especulativa en el mercado con el
consiguiente perjuicio de millones de productores en el mundo entero. ¿Qué es
lo que en realidad está aconteciendo con el mercado internacional del café?
¿Acaso, existe algún otro factor que impele los precios a la baja?
Efectivamente, la actividad especulativa
comenzó con la crisis de la economía norteamericana y la política monetaria
seguida por la Reserva Federal consistente en reducir  la tasa de interés para los dólares americanos
que irrigan la economía, hasta bajarla a cero, donde se encuentra en la
actualidad. En estas condiciones, los especulares toman dinero a cero intereses
y cualquier margen que obtengan en el negocio de compra de futuros, es
ganancia. Lo que es inconcebible es que el gobierno conociendo de esta
situación no ha tomado ni la más mínima medida para favorecer a los productores
cafeteros de esta calamidad. Muchas fueron las voces que en el Congreso
cafetero alertaron sobre esta situación. Mientras tanto, como lo informa el
propio Presidente Juan Manuel Santos, “durante los dos últimos años el precio
internacional del café mantuvo una importante tendencia a la baja. El precio en
la Bolsa de New York ha bajado más del 50 por ciento desde comienzos del año
pasado. La prima al café colombiano también ha caído en estos dos años en un 44
por ciento y el precio interno que estaba por encima de 900 mil pesos por carga
de café pergamino seco, bajó a 400 mil.” (Palabras de instalación al Congreso
Cafetero) Pero, respecto a actuar sobre las causas del problema y tomar medidas
contra la especulación de los capitales golondrina no dijo ni mu
.
El brasileño Oliveira, director de la OIC,
presenta así el panorama:
Las autoridades brasileñas prevén, que por ser
este año de cosecha baja en Brasil, habrá un descenso de 6.5% en su producción.
Los daños producidos por el brote de roya del
café en América Central supuso una pérdida de 2.7 millones de sacos de café en
2012-2013.

Los inventarios certificados de café en New
York se mantuvieron en niveles cercanos a los tres millones de sacos en los
seis últimos meses, mientras que los de Londres cayeron  bajo el nivel histórico de tan solo 900 mil
sacos.
Merece resaltar que los stocks registrados
apenas alcanzan a ser un 2 por ciento de la producción mundial, que no
significa una sobreoferta de café y más bien, la perspectiva a futuro sería de
una mayor demanda en el mercado mundial como lo indican las cifras de Europa y
los Estados Unidos y también la demanda de los países productores que ha venido
en ascenso. Luego, todo indicaría que, a futuro, si Smith y Ricardo no estaban
borrachos, la tendencia debería ser al alza. Además, de las constataciones de
la OIC, habría que agregar el descenso de la producción Centroamericana, por
envejecimiento de sus cafetales, avalada en 500 mil sacos y la baja esperada
para Vietnam, que ya comenzó, también, por tener cafetales que sobrepasan los 8
años.
Pero, hay algo más, las cifras que presenta
Colombia sobre aumento de la producción hay que mirarlas con lupa, pues si, la
Federación sostiene que ha habido un aumento de la productividad, pero, el
gobierno es enfático en afirmar que lo sucedido ha sido una reducción de
alrededor de un 50%, no es raro que estemos ante operaciones de blanqueo con
exportaciones ficticias. No es posible, que ante hechos tan protuberantes el
gobierno y la Federación no tomen las medidas pertinentes
, en primer  lugar, la de soberanía nacional para
salvaguardar la principal fuente de empleo de la actividad agrícola colombiana,
eliminando la presencia de capitales golondrina.
La caída en productividad es resultado de los
bajos precios de compra al caficultor que merma o elimina el uso de
fertilizantes y las labores de beneficio, al punto que Brasil ha derribado otro
mito de Fedecafé y, hoy en día, “es el primer productor mundial de café de alta
calidad con el mayor número de fincas sustentables”. No es posible que Brasil
con costos laborales aún mayores que los de Colombia haya triplicado la
productividad de Colombia y este paliando la crisis con éxito.
La crisis cafetera
Cuando comenzó la actual crisis cafetera a
comienzos del siglo se creó una “Comisión de Ajuste de la Institucionalidad
Cafetera compuesta por los miembros de la Comisión: Luis Fernando Ramírez,
Gabriel Silva, Luis Carlos Valenzuela, Luis Carlos Villegas, Álvaro Villegas;
con la participación de los Asesores del Gobierno en Asuntos Cafeteros: Diego
Sandoval, Cynthia Mercer, Guadalupe Bedoya; y con la Coordinadora Temática de
Carolina Rentería.”1 Esta comisión dictaminó que: “La crisis tiene su origen en
los procesos de ajuste de la caficultura mundial desatados por la ruptura del
Acuerdo Internacional del Café en 1989
. A pesar de los esfuerzos de la
diplomacia cafetera colombiana, y ante la incomprensión de los Estados Unidos y
Brasil, se eliminaron los instrumentos de manejo del comercio mundial del grano
que hasta ese entonces permitieron un desarrollo ordenado internacional de
café.” (Ibíd.)De donde se colige que, uno de los enfoques de política
debería ser la de hacer esfuerzos por la reconstrucción de una especie de Pacto
internacional de los países productores que asuma la defensa de la producción
del grano frente a las empresas multinacionales especuladoras.
Por mucho tiempo, se ha dicho que cuando no se
quiere hacer nada, el gobierno nombra una comisión, pero, entre una y otra
salen a relucir verdades como la que constató la mencionada antes que es un
resumen vigente de la situación de crisis de la caficultura: “La nueva realidad
de la economía política del café ha modificado abrupta e inequitativamente el
poder relativo de los actores del mercado a favor de los tostadores y
comercializadores, en desmedro de los productores y los consumidores.
Apalancándose en su capacidad monopsónica, los tostadores y distribuidores se
han encargado de que el beneficio de los precios bajos solamente se traduzca en
un aumento de sus márgenes y utilidades, dejándole al productor una proporción
cada vez menor del ingreso global cafetero e incluso rehusando a trasladarle al
consumidor final los menores precios.” (Ibíd.) Claro está que a la elite que
controla a Fedecafé, esta situación ni le va ni le viene, dado que su negocio
consiste en embolsillarse las comisiones por la venta de los millones de sacos
de la cosecha, que entran no a las arcas de la Federación, sino a sus bolsillos,
junto con los jugosos contratos de publicidad.
Con posterioridad en el 2012 el Banco de la
República creó otra comisión encabezada por Carlos Gustavo Cano y César
Vallejo, miembros de la su Junta Directiva y un cuerpo de técnicos (Edgar
Caicedo García, Juan Sebastián Amador Torres, Evelyn Yohana Tique Calderón) que
produjo un informe y recomendaciones2 que tampoco se han puesto en práctica, ni
discutido ampliamente con el sector cafetero. Un informe reciente también
confirma lo sostenido, cuando afirma que se llevó a cabo una investigación “con
el fin de evaluar el proceso de formación de precios del productor y
consumidor, encontrando que después de la caída del pacto, el modelo que
describe la dinámica de formación de precios del productor cambió de manera
fundamental, dando lugar a una fuerte tendencia decreciente que se ahondó a
principios de los noventas
”.3
Clientelismo a la lata
Si se buscara definir el LXXIX Congreso
Cafetero habría que considerarlo como una tribuna de politiqueros. El Presidente
se limitó a ofrecer la palada de un billón de pesos para sostener el anti-
técnico, pero, social y políticamente necesario PIC, mientras que, Cárdenas el
Ministro de Hacienda rechazó el clamor de los caficultores de crear un Fondo de
Estabilización, para establecer un Precio de Sustentación y Lizarralde el
Ministro de Agricultura, solo tuvo boca para decir que “no hay que invitar a
nuevos campesinos en el negocio del café”, mientras, alienta a palmicultores a
sembrar más, cuando no han podido controlar, ni lo podrán, la pudrición de
cogollo (PC) que ya le costó el año pasado a los colombianos la suma de 280 mil
millones de pesos en subsidios, además de ser la voz cantante, para que grandes
capitalistas asociados con la multinacional Nescafé desarrollen plantaciones de
robusta en la altillanura, propuesta que el propio Presidente Santos presentó
en el Congreso. Para apalancar a los muy muy ricos si hay recursos: Planeación
Nacional acaba de aprobar un Conpes para la altillanura de más de 10 billones
de pesos, para dotar de infraestructura y adecuarles estas tierras de baldíos
nacionales despojadas a los indígenas y entregarlas a manos de las elites del
poder, en una clara demostración de clientelismo por arriba.
La institucionalidad cafetera corporativa
Desde su fundación la Federación de Cafeteros
siempre ha sostenido que la organización no representaba los intereses de un
grupo, sino, los intereses de todos los involucrados en la industria
caficultora. Pero, la investigación académica puede más que la farsa. Una tesis
de doctorado de un estudiante de Noruega, demostró con suficiente evidencia que
desde sus orígenes  “los allegados al II
Congreso Cafetero no representaban a todas las regiones del país. Por el contrario,
parece que la mayoría de los representantes no solo tenían vínculos con la
industria caficultora antioqueña, sino que formaban parte del grupo de personas
cercanas a la familia Ospina del Partido Conservador y la Sociedad de
Agricultores de Antioquia. De 25 delegados, 16 eran de Antioquia. Carlos E.
Restrepo(Expresidente) venía por el Valle; Alejandro Múnera por Nariño,
Reinaldo Botero, comerciante de Medellín venía por el Magdalena; Nicanor
Restrepo, terrateniente antioqueño, por el Chocó; el abogado Pedro Nel Ospina
Expresidente) venía por Cundinamarca y era más antioqueño que un carriel;
Rafael Ospina Pérez también por el Chocó.; Ricardo Greiffstein y Gonzalo Mejía,
comerciantes de Medellín, por Bolívar; Enrique Mejía y Carlos E. López ambos
comerciantes paisas, venían por Boyacá y Pedro Estrada y José Luis López,
comerciantes, por Huila y Nariño.  Esto
porque, los estatutos iniciales contemplaban que podían ser miembros, “los
interesados de las diferentes secciones del país que deseen inscribirse  como miembros”. 4
En sus orígenes la Federación fue inscrita en
1927, como una organización privada ante Notaria, pero, tenía aspectos de
entidad pública, en tanto que, el estado creaba impuestos para beneficio del
Fondo Nacional del Café, que era privado y sigue siéndolo. El primer Director de
Fedecafé fue un empleado público que se desempeñaba como tal (Alfredo Cortázar
Toledo) y miembro del Comité Directivo en representación del gobierno, quien
además, era comerciante (Cortázar y Cia.) y con hacienda cafetera en La Mesa
(Cundinamarca). Pertenecía al Ministerio de Industrias en 1927, como Jefe de la
Sección de Información y Propaganda. Para concluir la referida tesis que  Fedecafé es “una organización cuasi-estatal
de productores que se creó a la luz de la Encíclica Papal Rerum Novarum,
del  Papa León XIII, inspirada en el
catolicismo social o corporativismo como se llamó en España, que son
organizaciones que reemplazan a los partidos políticos, sindicatos o entidades
estatales y que se oponían al liberalismo y el socialismo. Es una alternativa moral
para restablecer la armonía social, por el bien común. Ospina Pérez,  fue miembro de la Acción Católica y
Presidente de la Federación de Cafeteros después de Cortázar y como Senador
propuso un impuesto de 5 centavos de dólar por cada saco exportado (hoy es de
US 6 centavos por libra exportada) Siembargo, estos recursos no alcanzan para
aceitar la maquinaria bnurocrática de la Federación y el Conpes 1763 confirmaba
que “para 2013, aproximadamente 9 de cada 10 pesos que se invierten en el
sector sean recursos provenientes del Presupuesto General de la Nación
.” (p.27)
Sea la ocasión para invitar a los
investigadores colombianos  a continuar
la pesquisa de este revelador hecho, acerca de, la deformación de la democracia
en la organización más importante de productores de Colombia. Con mayor razón
hoy, cuando Fedecafé enfrenta una crisis a su interior , que ha llevado al
Gerente actual Genaro Muñoz a acusar de neoliberal al Director de la Comisión
que hará propuestas sobre la reestructuración de la actividad  cafetera nacional, entre las que no se nombra
la más importante en tiempo de crisis de precios, como es,  que los países productores conformen como en
ocasiones anteriores un grupo que defienda unido los intereses como productores
y peor aún, cuando ha aparecido el flagelo de la especulación de intermediarios
financieros. El presidente Carlos Lleras Restrepo considerado un experto
nacional e internacional en temas cafeteros escribía en sus famosas crónicas
que,  “un proceso de democratización debe
estimularse para que los pequeños productores intervengan efectivamente en la
composición de los Comités Municipales
, luego ello se refleje en los
Departamentales y en el Comité Nacional”5, primer paso hacia una
reestructuración que con la debida capacitación técnica y asesoría nacional e
internacional convierta a la Federación en una entidad de los que son y a los
que son, en empresarios de la industria más importante del agro colombiano.
Edición N° 00384 – Semana del 24 al 30 de
Enero – 2014
1 Comisión de Ajuste de la Institucionalidad
Cafetera, [s.f.] mim., p. 1.
2 El mercado mundial del café y su impacto en
Colombia,  Borradores de Economía, No.
710, Banco de la República, 2012.
3 Murillo Lozano, Margálida, “La caficultura
colombiana en el siglo XXI: Una revisión de literatura reciente”, Gestión y
Región, No. 9, Pereira, 2010.
4 Saether, Steinar, “Café, conflicto y
Corporativismo. Una hipótesis sobre la creación de la Federación Nacional de
Cafeteros de Colombia”, Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura,
No. 26, 1999.
5 Lleras Restrepo, Carlos, Política Cafetera,
1937/1978, Bogotá, Osprey Impresores [s.f.]

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