El despertador del sur
Por: Jorge Arturo Bravo
despertadordelsur@hotmail.co
El pasado domingo 26 de marzo, la historia de Colombia y particularmente la historia del departamento de Nariño, conmemoró 90 años del Combate de Güepí, llevado a cabo el 26 de marzo de 1933, en el marco del conflicto Colombo-Peruano y vinieron a mi memoria, cual una procesión de recuerdos, lo que fue este episodio que marcó un hito en la historia de nuestro departamento, episodios contados en la voz de sus mismos protagonistas, soldados nariñenses que llegados de todos los municipios, se alistaron para ir al Putumayo a defender la soberanía nacional “mancillada por los ejércitos peruanos”.
Tan pronto se conoció en Bogotá que el 2 de septiembre de 1932 tropas de los ejércitos peruanos se habían tomado el olvidado Puerto de Leticia, capital de la Comisaria del Putumayo, el presidente de Colombia, Enrique Olaya Herrera, hizo un llamado vehemente a todos los hombres mayores de 21 años de edad, para presentarse en La Guarnición Militar de Pasto, alistarse como soldados y salir al Putumayo a defender la soberanía nacional.
De inmediato, llenos de fervor patrio, más de 200 soldados, aceptaron el llamado del Presidente y formaron parte del gran ejército colombiano comandado por Alfredo Vásquez Cobo, los nariñenses, Luis Gómez Jurado, Néstor Mora, entre otros; libraron triunfantes varios combates como La Rebeca, Nazareno, Tarapacá, Chabaco, Buenos Aires, y el decisivo Combate de Güepí, en los cuales, por su heroísmo y valentía, se destacaron los soldados nariñenses, recordados después como “los Excombatientes del Güepí”.
Lastimosamente, nuestros valientes soldados que habían recibido muchas promesas del Gobierno Nacional, jamás se les cumplió y, cansados de reclamar, se enfermaron, se hicieron viejos y murieron olvidados por estos gobiernos de “mierda”, a ellos nosotros los llamamos “los héroes olvidados del Güepí”.
Y lo peor, lo que hoy y siempre hemos vivido con las pésimas carreteras Pasto – Popayán y Pasto – Mocoa, es el resultado de ese conflicto, porque fueron construidas a la carrera, sin estudios, sin técnica, solo para transportar las tropas colombianas, 90 años después, ahí están las consecuencias.
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