“Guaicoso”, ¿de villanía a orgulloso honor?

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Antes de los años 80s el insulto predilecto de los pastusos y de los habitantes de la exprovincia de Obando a los sandoneños era decirles “guaicosos”, porque de inmediato “se salían de la ropa” y respondían con más insultos de grueso calibre y algunos ofendidos procedían con agresiones físicas. “Era peor que mentarnos la madre” señala el profesor Libardo Suárez Andrade, quien se graduó en la Normal de Occidente de la ciudad de Pasto en el año de 1966.

El escritor Alejandro García Gómez recuerda que algunos agredían con la palabra guaicoso y otros con el término: “guaicoso, pa’te látigo” y efectivamente causaba enojo entre la persona o personas ofendidas.

Los relatos de varias personas señalan que uno de los primeros sandoneños que no reaccionó con más insultos a las ofensas de llamarlo “guaicoso” fue el señor Hernando Trujillo Trujillo, quien nació en Chachagüí, se estableció en Sandoná desde muy joven y falleció a mediados de junio del año pasado.

Estos primeros comportamientos de no responder con más ofensas fue copiada por otras personas nacidas en el territorio sandoneño, que al finalizar los años 70s salían a la capital nariñense a estudiar o a trabajar.

Pero definitivamente lo que permitió que una debilidad se convirtiera en una oportunidad fue la acción del profesor Libardo Suárez Andrade, quien durante el año 1981 empezó a madurar la idea de proponer el cambio del nombre del desfile de la “Familia Castañeda” a “Familia Guaicosa”, que fue aprobada por la junta de fiestas decembrinas y carnavales integrada a finales de aquel año y respaldada por el alcalde de la época, Álvaro Fajardo Barco.

En los programas del carnaval de 1982 quedó consignado el nombre de desfile de la “Familia Guaicosa” para el 4 de enero, que continuó durante los siguientes años, hasta el actual cuando se cumplieron 40 años de esta trascendental decisión.

Con el paso del tiempo el insulto de ser guaicoso se convirtió en motivo de orgullo porque todos empezamos a valorar a nuestros ancestros, los mismos que tomaron la decisión de habitar este territorio enmarcado por la quebrada Honda y el río Chacaguaico y entre el volcán Galeras y el río Guaitara.

Nosotros nacimos en el Guaico, que significa hondonada, tierra baja, tierra caliente, en donde nuestros campesinos, a través de la historia, se han dedicado a la producción de caña panelera, café, frutales, plátano, convirtiendo a Sandoná en una despensa de Nariño y Colombia y de igual manera a la elaboración de artesanías de paja toquilla, entre ellas el emblemático sombrero sandoneño.


Hoy si a algún sandoneño en Pasto o en cualquier municipio de Nariño le dicen “guaicoso”, responde con todo orgullo: -A mucho honor.

En un poco más de 40 años, a través de la cultura, logramos resignificar el gentilicio que fastidió a más de un sandoneño y lo convertimos en motivo de orgullo por nuestra raza y por nuestro territorio.

Fotos: Alejandro García Gómez

Author: Admin

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