Indígenas y campesinos confinados en Samaniego claman por ayuda en medio de la violencia armada

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Tomado de eltiempo.com

El coliseo de Samaniego se volvió el hogar permanente de 2.800 indígenas y campesinos que hace más de 40 días salieron huyendo de los alzados en armas. 

No pueden volver, porque se han enterado de que los grupos ilegales tienen minado todo el territorio, donde están sus parcelas y viviendas.

El agua, la comida y medicamentos escasean en el coliseo, donde los desplazados siguen clamando por ayuda, pero aseguran que pese a las plegarias solo han recibido el silencio, como respuesta del Estado. 

El exgobernador del resguardo indígena del Sande, Juvencio Rosero, dijo que la orden de los armados es el desalojo y que atacarían, si los campesinos y los nativos retornan a sus tierras.

El líder señaló que “si regresan encontrarán minados sus territorios”. Aseguró que Nariño está en una guerra que cada vez más se está recrudeciendo.

    De hecho, aseguró: “La guerra será peor”. Entre tanto, los desplazados están agotados por la situación.

    En el día no tienen otro remedio que permanecer en las graderías del coliseo, preguntándose cómo van a seguir subsistiendo con sus familias. Son hogares con un promedio de tres a cinco hijos.

    En la noche levantan cambuches para tratar de dormir y buscar algo de sosiego.

    El problema es que aquellos que aún continúan en sus viviendas, las amenazas de muerte son más latentes.

    “Aténganse a las consecuencias”, les han dicho a los labriegos que se forman en filas ante gigantescas ollas donde, a punta de leña, algunas mujeres preparan los alimentos para calmar el hambre con papa y plátano, en medio de la angustia y la incertidumbre porque sus vidas corren peligro.

      Muchos de ellos señalaron que no tienen a dónde ir y por ello no les queda otra opción que quedarse en el coliseo de Samaniego, el cual está ubicado en zona perimetral de esta población.

      Son numerosos los alzados en armas que azotan zonas de los municipios Samaniego,  Ricaurte, Los Andes y Santacruz, donde la crisis humanitaria se agravó. Allí están el ‘clan del Golfo’ o autodefensas Gaitanistas de Colombia, los ‘Cuyes’, ‘Los nuevos delincuentes’, ‘La gente del nuevo orden’, ‘Guerrillas unidas del Pacífico’ y ‘Guerrillas unidas del sur’.

      También, el ‘Frente 30 Urías Rondón’ y ‘Franco Benavides’, ambos grupos, disidencias de las Farc. Contra este último, tropas de la Fuerza Despliegue Contra Amenazas Transnacionales han venido sosteniendo combates en zona del también municipio Cumbitara, donde cayeron asesinados el teniente José Rafael Martínez Morelo, y los soldados profesionales Juan Carlos Silva Argumedo, Jean Carlos Yaguara Yépez y Jhan Carlos Sandoval Sandoval, el 16 de septiembre.

        El delegado de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz en esta crítica situación, Benildo Estupiñán, elevó una solicitud: un corredor humanitario para lograr sacar a las familias que permanecen confinadas en los territorios. Según Estupiñán, hay 2.500 campesinos e indígenas que no han podido salir.

        Dijo que es un llamado a los actores armados porque estás familias están encerradas en sus casas, donde no les quedan comida ni medicamentos.

        No importa cómo se llamen los grupos. Cada vez hay más y todos operan con la misma crueldad, una guerra que mantiene a la comunidad en la mitad, con miedo y buscando la manera de escapar de los territorios donde habían forjado una vida con sus familias.

        Son moradores de 19 veredas en la zona montañosa de Samaniego, algunas como La Paloma, Betania, El Decio y La Verde, cuatro poblaciones prácticamente ya están deshabitadas. Pero también se teme por quienes no han podido salir entre las ráfagas de disparos de fusil en las veredas San Diego, San Antonio, La Conga, El Salto, El Raizal y El Copal.

        En las veredas Claraval y Campoalegre, del municipio Santacruz, también hay familias confinadas en sus viviendas.

        Desde hace más de un mes pusieron banderas blancas, al tiempo que autoridades indígenas de un resguardo solicitaron intervención de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, al igual que a las instituciones oficiales, organizaciones de derechos humanos y a la cooperación internacional. “Aún tenemos la esperanza de que la guerra pare, que cesen todos los fuegos y que la vida sea sagrada”, es el mensaje de uno de los resguardos.

        El gobernador de Nariño, Jhon Rojas, reiteró el llamado al Gobierno Nacional por estas familias y la imperiosa necesidad de intervenir en un desminado.

        Hace un mes se indicó que más de 150 familias indígenas pertenecientes al resguardo indígena awá Libertad de Telembí estaban confinadas, en zona rural del municipio Ricaurte, ante los fuertes enfrentamientos que aún sostienen miembros del Eln y del ‘Frente 30 Urías Rondón’.

        El gobernador mayor del cabildo indígena Libertad del Telembí, Albeiro Nastacuás, ha venido informando que mientras un sector de la población se encuentra confinado en el centro educativo del mismo nombre, otra parte de la comunidad se vio forzada a desplazarse hacia Samaniego, caminando trochas peligrosas en las montañas.

        Nota original:

        https://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/crisis-humanitaria-en-narino-2-800-campesinos-e-indigenas-aun-en-coliseo-de-samaniego-y-2-500-mas-confinados-en-territorios-816292

        Author: Admin

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