Rincón consaqueño
Por José Rodrigo Rosero Tobar
roserotobarjoserodrigo@gmail.com
El pasado 20 de julio, se instaló el Congreso Nacional. Esta fecha, adoptada como día de proclamación de la independencia nacional, controvertida por algunos porque consideran que existen otros momentos en la vida institucional del hoy territorio colombiano que podrían determinar el inicio de unas gestas de independencia que, hasta el momento, dicen, no se ha logrado en forma total, se la ha tomado tradicionalmente como punto de partida del periodo de cuatro años de la legislatura bicameral.
El Congreso de la República, integrado por 108 senadores y 187 representantes, proclamados a través de una elección directa, correspondiendo la votación de los senadores a una circunscripción nacional, junto con dos escaños de circunscripción especial indígena y la de los representantes a una circunscripción departamental (salvo Bogotá en donde existe una circunscripción distrital), con escaños adicionales para comunidades indígenas, afrocolombianas, comunidades colombianas en el exterior, minorías políticas y ahora con representación de organizaciones de víctimas de las circunscripciones transitorias especiales de paz.
El artículo 114 de la Constitución de Colombia, aclama al Congreso como el máximo órgano representativo del poder legislativo, correspondiéndole hacer las leyes, ejercer control político y adelantar las reformas de orden constitucional.
Después de décadas de gobiernos tradicionales, cuando se menciona cambios por haber ganado la presidencia de la república un candidato de oposición, tal vez emulando lo sucedido en la despedida del primer ministro británico en su última sesión de preguntas en la Cámara de los Comunes, cundo el presidente de los colombianos instalaba el congreso y emitía su discurso prácticamente de despedida, se escucharon lánguidos aplausos de la disminuida bancada de gobierno y los abucheos y gritos de quienes desde ya ostentan las mayorías en el gobierno que se va a iniciar. Las minorías de siempre, por primera vez en la historia lograron conformar un bloque de mayorías, con perdedores ocasionales que se unieron a los triunfalistas actuales so pretexto de sacar avante el desbastado territorio nacional.
Tiene más orden una corraleja que la sesión de apertura del senado, trinó el congresista primíparo y ex candidato presidencial, mientras otra congresista pregonaba, estuvo cuatro años de espaldas a la ciudadanía, al mirar las autoalabanzas que expresaba en su intervención el saliente mandatario en su discurso presidencial.
Los comentaristas posteriores, dijeron que el primer mandatario por decencia debió escuchar el discurso de réplica de la oposición al terminar su intervención, pero que se levantó y se fue sin siquiera pestañear, eso sí, turbado ciertamente por la actitud de parlamentarios que de frente le hicieron saber su descontento por su actuar en el periodo de gobierno próximo a terminar.
Consacá, 29 de julio de 2022