“Los próximos 20 años serán los más críticos en la historia de la humanidad”

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Nicholas Stern, economista y
académico británico
Foto: Carlos Alba

Tomado de www.mundo.es

El economista hizo historia con un informe sobre las terribles consecuencias del calentamiento global. 12 años
después asegura que no hemos entendido ni la urgencia ni la magnitud del desafío
En el día más cálido de invierno
jamás registrado en el Reino Unido (los termómetros superaron los 20 grados), Lord Nicholas Stern nos recibe con alergia primaveral en su despacho de la
London School of Economics. “Conviene no confundir el tiempo que hace un día concreto con el clima”, advierte. “Pero conviene también recordar
que de los 20 años más cálidos de la reciente historia, 19 han sido en lo que llevamos de siglo
“… Doce años después del informe sobre el impacto
económico del cambio climático, Nicholas Stern (Londres, 1946) recorre el mundo con una llamada apremiante a la acción. Este miércoles intervendrá como orador estrella en la conferencia Change the Change que reúne en San Sebastián a los mayores especialistas en el tema.

PREGUNTA. ¿Hacen falta realmente más cumbres? ¿No es el momento de pasar a la acción?
RESPUESTA. El entendimiento y la voluntad política son necesarios para pasar a la acción, como creo que quedó demostrado en la Cumbre de París. Todo lo que sigamos haciendo para aunar esfuerzos ante el cambio climático es poco… Pero es cierto que hace falta más movimiento. Mi
optimismo sobre todo lo que podemos hacer se topa con la preocupación por lo que haremos al final, y si lo haremos lo suficientemente rápido.
P. Cualquiera diría que siempre hay alguna buena excusa para “aparcar” el cambio climático. Hace cuatro años era el terrorismo, ahora tenemos el Brexit y Donald Trump…
R. El Brexit es una gran distracción y una gran disrupción, no cabe duda. Mi posición la he dejado clara en la Cámara de los Lores. Salir de la UE es una mala opción, y el “no deal” sería terrible. Lo mejor para nuestra economía y lo mejor para Europa sería quedarnos como estamos…Y Trump no ayuda, es cierto. Yo estaba en la cumbre del clima de Marruecos cuando fue elegido presidente. Pero en vez de caer en la resignación, el resto del mundo le plantó cara. China e India, aunque con altibajos, están marcando el camino con la reducción de emisiones y la transición hacia las
renovables
. Pese a los problemas internos, la UE debería recuperar también el liderazgo y marcarse tal vez metas más ambiciosas.
P. ¿El cambio climático necesita una sacudida?
R. En eso estamos, y creo que el nombre de la conferencia en el País Vasco lo dice todo. Hay que cambiar la percepción del cambio climático: tenemos que estar preparados para gestionar un cambio mucho más rápido. Estamos avanzando, pero no con la urgencia y con la determinación que necesitamos… Los próximos veinte años van a ser los más críticos en la historia de la humanidad. En ese tiempo, la economía global se multiplicará por dos, y también las infraestructuras, y el espacio que ocupan las ciudades, donde se agrupará el 75% de la población mundial. En ese período tenemos el reto de reducir las emisiones en un 40% , y eso para un escenario de un aumento de las temperaturas de dos grados, que está ya por encima del “techo” deseable de 1,5 grados. Reducir las emisiones casi a la mitad mientras doblamos la economía… El reto es de una magnitud y de una urgencia que aún no hemos entendido.
P. Hay quienes sostienen que el problema está precisamente en el crecimiento, y que la respuesta debería ser el decrecimiento.
R. El decrecimiento es un “punto muerto” político. Si paramos de golpe el crecimiento, vamos a seguir emitiendo de entrada 50.000 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. Lo que tenemos que hacer es neutralizarlas, y llegar a las cero emisiones netas de carbono. ¿Cómo? Cambiando hacia otro tipo de crecimiento, rompiendo ese vínculo
pernicioso entre la actividad económica y la destrucción ecológica. Lo que
necesitamos es cambiar radicalmente el modo en que producimos y consumimos
. Si seguimos por el mismo camino, el coste del cambio climático puede ser en poco tiempo más del 5% del PIB mundial. Ya no basta con decir que el coste de la inacción es superior al de la acción. Es que el modelo alternativo es mucho más atractivo y está lleno de oportunidades. ¿Quién no quiere vivir y trabajar en ciudades más saludables y respirables?
P. Si tuviera que poner al día el informe Stern, ¿qué cambiaría?
No me he quedado cruzado de brazos en este tiempo. He estado publicando informes periódicos desde el Grantham Research Institute on Climate y un libro (“¿A qué esperamos?”) con una llamada a la acción… En su día me llamaron alarmista, y ahora vuelvo la vista atrás y pienso que me quedé corto. La subida de las temperaturas ha ido a más en este siglo. Las tormentas son cada vez más intensas, y las olas de calor, y se está acelerando también la retirada del hielo del Ártico… El informe se publicó un año antes del lanzamiento del iPhone, y es increíble cómo
ha avanzado la tecnología desde entonces y cómo tenemos ahora herramientas para gestionar la energía o la movilidad en las ciudades, que es donde se generan el 75% de las emisiones.
P. ¿Hasta qué punto las ciudades están marcando el camino, frente a la poca acción de los gobiernos?
R. La ciudades tienen un tremendo poder, y le voy a dar un ejemplo. Ni en mis mejores sueños imaginaba hace 12 años que escucharía a los fabricantes de automóviles decir: “La era del motor de combustión está tocando a su fin”. A ese punto hemos llegado gracias a la presión de la ciudades, que han decidido plantar cara a la contaminación
y a las emisiones de CO2, y que han anticipado ya que prohibirán los motores diésel y con el tiempo lo de combustión en un plazo de seis, diez o quince años. Las ciudades pueden crear también redes y fijar nuevos estándares comunes para los autobuses públicos, y eso sirve para aminorar costes y dinamizar la economía. En las ciudades hay también un sentido de comunidad y de identidad que hace más fácil generar los cambios.
P. ¿Si tuviera que recomendar cuatro acciones globales ante el cambio climático, con cuáles se quedaría?
R. Es esencial que el carbono tenga un “precio”, para que se sepa cuál es el coste social de todas nuestras acciones. Es fundamental que los gobiernos sigan fijando estándares de eficiencia energética. Hay que tender un puente entre innovación e infraestructuras. Y hay que hay que reorientar finalmente el sistema financiero hacia la economía real.
P. ¿Hay que desinvertir en combustibles fósiles?
R. Las renovables son ya más competitivas, y ése es otro cambio que ha llegado más rápido de lo que yo creía. No tiene sentido invertir en petróleo o en carbón en este otro modelo al que aspiramos y que estamos creando.
Nota original:

Author: carlosvilladadj

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