El pasado 26 de noviembre se cumplieron 10 años de la muerte de Raulito Fajardo Rojas, el personaje moderadamente colombiano y exageradamente sandoneño, como el mismo se definía.

Los sandoneños recuerdan a Raulito por su sentido del humor, por tener una gran cantidad de amigos y amigas, por sus piropos, por sus discursos y poemas y especialmente por participar año tras año en los carnavales.

Raulito, como era conocido por su baja estatura, al día siguiente de una fiesta en la que consumía licor, decía “Yo no tomo porque el guayabo me da muy duro, aunque yo como soy chiquito solo me da guayabito”.

Tenía elegancia al decirle piropos, especialmente a las damas sandoneñas: “Adiós Virgencita del Rosario vestida de civil”, “Adiós profesora de la facultad de la belleza” o este otro “Para que le envió flores si usted es un jardín”.

Será recordado por su colección de chistes que de manera estratégica numeraba; en las reuniones solía preguntar: -Dígame un número del 1 al 200. Alguien contestaba con algún número y el empezaba con el chiste. Sin embargo en ciertas ocasiones respondía que no podía contar el chiste identificado con ese número porque era “corrompido”.

El mismo hizo célebre el chiste del canario, al lanzar un piropo a una muchacha que pasaba por el parque principal de Sandoná o el chiste cuando sufrió un accidente de tránsito en la vereda El Campamento de Consacá, en su viaje de esta localidad hacia Sandoná con los docentes Sergio Elías Erazo y Jesús Ágreda.

Cuando saludaba con la mano y su interlocutor era renuente a hacer lo propio, manifestaba “Deme la mano que mi ignorancia no es pasosa”; cuando servía el aguardiente, la copa llena la colocaba en la palma de la mano izquierda y la servía con elegancia y hacía el comentario que era la fuente humana.

Los refranes y dichos estaban en su repertorio y los acomodaba a las circunstancias: “Para uno que madruga hay otro que no duerme”, “El que dice la verdad no miente”, “El que no sabe torear se aguanta una mala cachada”, “De la nada nos hizo Dios y nos tiene cachetones”, “No solamente lo envidio, sino que lo envideo”, “Usted es falto de mala memoria”, “Usted es falto de mala memoria”, “Le di duro sin tocarle un pelo”, “La cosa se puso en dólares no en sucres”, “No le tengo miedo a nadie en la parte urbana, ni a naides en la parte rural”, “No soy la roca que golpea la ola, soy de carne y hueso”, y el que sirve de titular de esta nota “Me voy porque tengo que irme”, entre muchos otros.

Por lo general sus discursos políticos los comenzaba con la siguiente frase: “Les hablo ubicado en atrios de nobleza y en atrios de sinceridad” y proseguía su disertación. Queda el recuerdo de la campaña a la alcaldía de Nubia Pantoja Díaz, cuando en el perifoneo expresaba: “Nubia Pantoja Díaz brilla con luz propia y no con velas emprestadas”.

El “niño niñito” dejó, de igual manera, testimonio de su espiritualidad en estas dos frases: “Bienaventurados los que dan sin recordarlo y los que reciben sin olvidarlo” y “Nunca olvide la Oración del Padre Nuestro, porque quien olvida el Padre Nuestro, olvida a Dios y quien olvida a Dios, olvida al hombre como hermano”.

Biografía de Raúl Rodrigo Fajardo Rojas.

Raulito, nació el 26 de febrero de 1950 en el hogar formado por el señor Tito Luis Manuel Fajardo Martínez y la señora Laura Elisa Rojas Ramos y tuvo como hermanos a Dilia Carmela, José Ignacio, Leopoldo Alberto, Laura Cecilia, Luis Villamín (QEPD), Franco Aurelio (QEPD), Gerardo Antonio y Raquel del Carmen (QEPD).

Adelantó estudios primarios en el Instituto Letras, los secundarios en el Instituto Santo Tomás de Aquino y los superiores en la Universidad de Nariño, en donde se graduó de Zootecnista.

Desempeñó varios cargos, entre ellos tesorero municipal, coordinador de la Unidad municipal de asistencia técnica agropecuaria en varios periodos y fue candidato al Concejo Municipal de Sandoná en las elecciones de octubre de 2007.

Raulito contribuyó al desarrollo cultural de Sandoná como integrante de varios colectivos que se formaron para participar en el carnaval sandoneño.

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