Por Elsy Melo
Maya
Maya
elsy.ya@hotmail.com
Con el mes de
diciembre, inicia también el preocupante saldo de personas lesionadas con
pólvora; cada año las autoridades reiteran las campañas contra esta malsana
tradición, que solo deja dolor y
sufrimiento y sobre todo para los más indefensos: los niños y niñas que
por la irresponsabilidad de sus padres y adultos, terminan perdiendo, tal como
se reportan los casos más comunes, un ojo, un dedo, con quemaduras en la cara o
en el cuerpo, si es que cuentan con suerte y no pierden la vida. Pero nada que se
aprende de las malas experiencias y por el contrario cada persona pareciera
pensar, que ésta clase de catástrofe solo les pasa a los demás.
diciembre, inicia también el preocupante saldo de personas lesionadas con
pólvora; cada año las autoridades reiteran las campañas contra esta malsana
tradición, que solo deja dolor y
sufrimiento y sobre todo para los más indefensos: los niños y niñas que
por la irresponsabilidad de sus padres y adultos, terminan perdiendo, tal como
se reportan los casos más comunes, un ojo, un dedo, con quemaduras en la cara o
en el cuerpo, si es que cuentan con suerte y no pierden la vida. Pero nada que se
aprende de las malas experiencias y por el contrario cada persona pareciera
pensar, que ésta clase de catástrofe solo les pasa a los demás.
Una de las
ciudades que más quemados “aporta” tristemente es Medellín y con certeza se ha
establecido que la llamada alborada del 1 de diciembre, tiene sus orígenes en
ciertas celebraciones directamente relacionadas con el cumpleaños o actuaciones
específicas de los patrones de la mafia del narcotráfico o los paramilitares
que durante tantos años han azotado a ésta región y al país entero. Nada más
absurdo que dentro de las tradiciones de la raza paisa, sigan teniendo eco esta
clase de celebraciones que para nada pueden significar un orgullo digno de
recordarse.
ciudades que más quemados “aporta” tristemente es Medellín y con certeza se ha
establecido que la llamada alborada del 1 de diciembre, tiene sus orígenes en
ciertas celebraciones directamente relacionadas con el cumpleaños o actuaciones
específicas de los patrones de la mafia del narcotráfico o los paramilitares
que durante tantos años han azotado a ésta región y al país entero. Nada más
absurdo que dentro de las tradiciones de la raza paisa, sigan teniendo eco esta
clase de celebraciones que para nada pueden significar un orgullo digno de
recordarse.
Pero si esa es
la motivación en esa región del país, no es menos grave la situación que
se presenta en el resto del territorio
colombiano. El rechazo al uso de la pólvora debe ser un compromiso social,
empezando por la familia, las empresas y de manera especial los medios de
comunicación masiva. Es inconcebible para solo poner un ejemplo, que en las
diferentes emisoras escuchemos la cuña publicitaria sobre el rechazo a la
pólvora y acto seguido también escuchemos canciones y propagandas alusivas a
las fiestas decembrinas, con sonidos y explosiones de pólvora, enviando así un
mensaje a todas luces contradictorio. De no existir coherencia entre lo que se
piensa, se dice y finalmente se hace, esta práctica y/o tradición que afecta de
manera trascendental y negativa el bienestar y la salud de las personas,
continuará registrándose con graves consecuencias para toda una sociedad. Y la
misma reflexión se debería dar en los diferentes hogares, pues no tiene
justificación alguna que se recomiende a
los menores de edad tener cuidado con la pólvora y no hacer uso de la misma,
cuando con el ejemplo se está enseñando todo lo contrario.
la motivación en esa región del país, no es menos grave la situación que
se presenta en el resto del territorio
colombiano. El rechazo al uso de la pólvora debe ser un compromiso social,
empezando por la familia, las empresas y de manera especial los medios de
comunicación masiva. Es inconcebible para solo poner un ejemplo, que en las
diferentes emisoras escuchemos la cuña publicitaria sobre el rechazo a la
pólvora y acto seguido también escuchemos canciones y propagandas alusivas a
las fiestas decembrinas, con sonidos y explosiones de pólvora, enviando así un
mensaje a todas luces contradictorio. De no existir coherencia entre lo que se
piensa, se dice y finalmente se hace, esta práctica y/o tradición que afecta de
manera trascendental y negativa el bienestar y la salud de las personas,
continuará registrándose con graves consecuencias para toda una sociedad. Y la
misma reflexión se debería dar en los diferentes hogares, pues no tiene
justificación alguna que se recomiende a
los menores de edad tener cuidado con la pólvora y no hacer uso de la misma,
cuando con el ejemplo se está enseñando todo lo contrario.
Diciembre 5
de 2016
Este es un espacio de opinión destinado a
columnistas, blogueros, comunidades y similares. Las opiniones aquí expresadas
pertenecen exclusivamente a los autores que ocupan los espacios destinados a
este fin por el blog Informativo del Guaico y no reflejan la opinión o posición
de este medio digital.
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