Ecosofía
Por Aníbal Arévalo Rosero
nautilus2222@gmail.com

El colectivo Mente & Ley programó una rendición de cuentas por parte de los congresistas. Lo sorprendente es que los senadores y representantes de los partidos tradicionales no se hicieron presentes ni presentaron excusas, pese a que se interpuso una tutela para obligarlos a asistir. Esto desdice mucho del compromiso que deben tener con el pueblo que los eligió. Es apenas elemental corresponder al elector: rendir informe de su gestión.

Resulta decepcionante que Liliana Benavides, Ruth Caicedo, Teresa Enríquez y Gilberto Betancurt no atendieran el llamado de un grupo de jóvenes entusiastas que se propuso un ejercicio ciudadano que fortalece la democracia y reconoce los méritos de la gestión pública. Eso no es delito ni motivo de enojo, y menos para esconder la cabeza como las cigüeñas.

Así como se señala a quienes no asistieron, también es justo destacar a los que sí lo hicieron, demostrando su compromiso con la ciudadanía. Juan Daniel Peñuela (Partido Conservador), Richard Fuelantala (AICO), y por el Pacto Histórico, el senador Robert Daza, el senador Carlos Alberto Benavides y el representante Érick Velasco, participaron en el evento y aprovecharon el espacio para dar a conocer su gestión. En nuestra opinión, les fue bien por el solo hecho de poner la cara ante el electorado.

A quienes no asistieron no les fue tan bien, pues sus fotografías fueron exhibidas en sillas vacías. Cuesta entender por qué temen a una rendición de cuentas, si es lo mínimo que deberían hacer cuando han actuado correctamente y con transparencia. Su ausencia deja mucho que desear: ¿a qué le temen?, ¿qué los asusta, si el foro fue respetuoso y constructivo?

Es importante resaltar que esta fue la primera vez que se realiza una rendición de cuentas de congresistas; lo usual es que lo hagan las administraciones. Por eso se catalogó como un evento sui géneris, sin antecedentes similares. El público participó activamente con preguntas escritas y votaciones electrónicas para calificar la gestión de los legisladores.

No hay nada que temer: la gestión política debe ser de cara al pueblo. Colombia arrastra una historia donde la corrupción ha permeado las esferas del poder. De lo que se trata ahora es de transitar hacia una democracia limpia, con voto programático, sin mañas ni compra de conciencias, donde el político demuestre su gestión con hechos, no con favores.

Esta experiencia deja un precedente de política transparente, sin tapujos y de cara a la ciudadanía.

Los congresistas que asistieron expresaron su satisfacción con la convocatoria del colectivo Mente & Ley, que ofreció los medios para mostrar sus resultados. Si la gestión no se comunica, no existe. Cabe destacar que el senador Robert Daza se mostró como uno de los más activos en el Congreso, al ser el que más proyectos de ley y actos legislativos ha presentado. Sin embargo, como suele suceder, sus oponentes buscan el desprestigio en redes sociales. Eso pasa con todos: nadie se salva.

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