
El Despertador del Sur
Por: Jorge Arturo
despertadordelsur@hotmail.com
Cuando en 1994, concretamente el 4 de febrero, hace 31 años, el Gobierno Nacional, por intermedio de su Ministerio de Educación Nacional, promulgó la Ley 115 o Ley General de Educación, con el propósito de ir vinculando a los estudiantes en la participación de los procesos democráticos, se creó en los colegios oficiales y privados del país, y en todos los niveles, preescolar, primaria y secundaria, la figura del Personero de los Estudiantes.
Se estableció entonces en todos los colegios oficiales y privados del país, ya lo dijimos, el Personero de los Estudiantes, el cual debía ser acogido entre los estudiantes del último grado, quinto de primaria o Grado Once, y, en una gran jornada electoral, en una gran fiesta democrática, ser elegido por sus o compañeros, de todos los grados, mediante el voto popular, y así, con bombos y platillos, se ha venido haciendo desde hace 30 años.
Se estableció en la misma Ley que la principal función del Personero de los estudiantes no es otra que la defensa de los Derechos Humanos de sus compañeros, y para ello, el Personero los debe conocer, difundir, respetar y defenderlos cuando le sean vulnerados y hacerlo sin miedo alguno.
Quizá en los primeros años esto se hacía, después, como que, poco a poco, sus funcione se fueron decayendo y se convirtieron, salvo algunas excepciones, en simples realizadores de actividades, campañas de aseo, organizadores de celebración del día de la Mujer, día del Maestro, del Estudiante, u organizan campaña de aseo, etc., ni siquiera velan por la rebaja de los altos precios en las tiendas y cafeterías escolares, y esto es defender los derechos, cosa que no lo hacen.
Pero los personeros de los Estudiantes no tienen la culpa, pues no están formados para eso, no tiene visión, les falta liderazgo, pensamiento crítico y propositivo, como también les falta a muchos profesores. En nuestra próxima columna hablaremos de los Contralores Escolares que también “son otro cuento”.