Una afición que apoya, un equipo que defrauda

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El despertador del sur

Por: Jorge Arturo Bravo
despertadordelsur@hotmail.com
Después de vencer varias
dificultades: pensé que había buses especiales, pero no, solo carros
“escaleras”; en el terminal especulación en los pasajes, pues cobraban 15 mil
pesos, bueno en otra empresa pagamos 12 mil
; las largas esperas en la
carretera, por el trabajo paquidérmico de los obreros, pero al final pudimos
llegar a Ipiales, luego de tres horas de tiempo que gastó nuestra buseta y
luego sí, a buscar almuerzo y una vez almorzados, taxi rumbo al Estadio
Municipal, 4 mil pesos; un conductor muy educado, muy amable a diferencia de
los irrespetuosos taxistas pastusos, sobre la 1:30 de la tarde llegamos al
estadio.

Asistí como siempre, acompañado de
mis dos nietos, Alejandro y Santiago, dispuesto y entusiasmado como ellos, para
apoyar a nuestro glorioso y bien amado Deportivo Pasto en su encuentro frente a
los suplentes Once Caldas
; ubicados ya en la tribuna occidental, luego de
algunos inconvenientes en el ingreso, se dio inicio al esperado partido de
fútbol, pero… ¡qué decepción! encontrarnos con un equipo que esta vez, no jugó a
nada.
A un jugador profesional, con buena
fundamentación no le puede “rebotar” el balón; una defensa dormida,
desconcentrada, como dormidos y desconcentrados estaban también los
“recogebolas”; Carlos Daniel Hidalgo y Juan Sebastián Villota, no puede entrar
cuando el equipo va perdiendo
y buscar con ellos el triunfo, estos dos
jugadores deben ingresar desde el primer minuto del partido, en esto debe
pensar muy bien el técnico Alexis García, que también parece estar en nada.
La barra del “ataque masivo”
distinguida en todos los partidos por su permanente apoyo, sus coros y saltos,
hoy no aparecieron, quizá cansados y adoloridos por el viaje en los buses
“escalera”
, esto tiene que analizar la Junta Directiva, no es posible que mientras
las barras de otros equipos cuando vienen al estadio “Libertad” lo hacen en
elegantes y cómodos buses los nuestros lo hagan en un trasporte barato,
incómodo e inseguro.
Terminado el partido, con nuestra
decepción a espaldas, por la derrota, otra vez taxi hasta el terminal, con un
conductor como el primero, educado, atento y amable; él conocedor del fútbol,
“si el Pasto sigue así” -comentó- se va derechito a la “B”
; ya en el terminal
tomamos esta vez un bus muy elegante y sobre las 7:30 de la noche, nuevamente
en casa, dispuesto a volver al partido frente a Jaguares.

Este es un espacio de opinión destinado a
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pertenecen exclusivamente a los autores que ocupan los espacios destinados a
este fin por el blog Informativo del Guaico y no reflejan la opinión o posición
de este medio digital.

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