La comunidad sandoneña pudo disfrutar el
pasado domingo 7 de diciembre de un momento especial por la celebración de las
vísperas de la Inmaculada Concepción de María, conocida tradicionalmente como
la noche de las velitas o la noche de los faroles.

Lo más significativo fue que a diferencia del
año pasado primó el buen tiempo, situación que se convirtió en la primera
motivación de las familias sandoneñas residentes en los barrios quienes
instalaron los faroles artesanales elaborados con anterioridad, y de las demás
familias de todo el municipio y varias llegadas de Pasto quienes recorrieron
las calles de la ciudad dulce, especialmente donde habían arreglos.

Los barrios tradicionales como Campo Alegre,
Meléndez, Hernando Gómez, Obrero, Comercio, Villa del Rosario, San Carlos,
Naranjal y San Francisco y los nuevos como Cafesán y Villa Cafelina fueron
iluminados como símbolo del espíritu mariano que acompaña a las familias
sandoneñas y de otro lado para expresar que somos una comunidad de artesanos.

El hecho de ocupar las calles con los faroles
para que las familias las recorran a pie implica en la práctica que estos espacios se convierten durante tres horas en vías peatonales y permiten el encuentro o
reencuentro de las mismas familias sandoneñas, que por la modernidad han
dejado atrás la costumbre de caminar y la han cambiado por el carro o la
motocicleta.

La movilización social de propios y visitantes
acompañada del momento para compartir el canelazo o el hervido, tiene un
ingrediente fundamental en la convivencia y tolerancia, principios que son
considerados en la actualidad en diferentes escenarios del país, los cuales son considerados como ideales para lograr la reconciliación.

Sin querer queriendo, como diría El Chavo del
8, también se logró una noche sin carro y sin motos que permite respirar un
aire menos contaminado y disminuir los altos decibeles que producen los motores
durante unas tres horas, obteniéndose un logro de carácter ambiental, aunque
claro está se debería reglamentar el tema del tránsito vehicular y definir
previamente una vía exclusiva para automotores durante esta jornada con previa
socialización para evitar contratiempos del sector transportador.

Hemos avanzado, sin embargo creemos que se
puede mejorar en las próximas celebraciones porque hay lugares que no se
iluminan como en tiempos recientes, entre ellos algunas calles y básicamente
los espacios públicos como el parque Bolívar, los polideportivos y el frente de
los edificios públicos, como la alcaldía, la policía, la registraduría, la
fiscalía, el juzgado, la empresa de servicios públicos, el hospital Clarita
Santos y las instituciones educativas, entre otros.

Consideramos que perfectamente se puede integrar
una organización encargada de coordinar esta celebración emblemática de los
sandoneños, que está próxima a cumplir 40 años, en la cual podrían estar el párroco y el encargado de la oficina de cultura y turismo con el fin de lograr una mejor iluminación de todos barrios.

Así mismo sería interesante que en estos días
las personas que estuvieron en la organización programen una reunión de
evaluación del evento mencionado a la cual sean invitados delegados de  los barrios, integrantes de la policía y
otros actores sociales que contribuyeron con esta celebración y sus
conclusiones se puedan sistematizar con el fin de que sirvan de consulta para los
futuros organizadores.

Finalmente queremos felicitar a todas las
familias que continúan con esta tradición y nuestro reconocimiento a los
sectores que ganaron el concurso promovido por la oficina de cultura y turismo,
el barrio Villa Cafelina y las cuadras ubicadas en los barrios Meléndez y
Naranjal.