Es una bendición de la historia latinoamericana, encontrar en una mujer como MANUELA SAENZ, conjugados atributos de una inteligencia nata y la belleza Latina mezclada con la Europea. Eso sería lo que cualquier afortunado como el Libertador, pudo disfrutar en medio de su vida atribulada pero de casi ocho años de dicha al lado de esa mujer que ejerció descontrol por envidia, por temor y hasta por hipocresía sentida por la sociedad de esa época de la República.
Eso es lo injusto y lo ingrato de la historia escrita solo por hombres, especialmente los llamados a escribir la historia de las conveniencias de la burguesía, niegan el valor histórico de la acciones de las mujeres en una dispar sociedad machista, desconocen el papel protagónico de campesinos, indígenas, intelectuales, artistas y otros. En las revoluciones por la libertad, dejan ver solo a Héroes de bronce, inmaculados y sin mancha ese es el papel del dialogo tradicional de la historia que escribe las paginas artificiosamente manipuladas por la sociedad mayor, creando ostracismo histórico de las acciones del pueblo.
Al respecto de MANUELITA, Carlos Alvares dice en la introducción de su libro: “Dos siglos después de su gesta y su martirio, nada puede impedir que Manuela, emerja entre las tempestades del tiempo con la piedad de su coraje libertario y la vasta ternura de su furia heroica, dibujando con su belleza, perspectivas revolucionarias en el horizonte de la historia. Aquella que tenía un hechizo secreto para hacerse adorar” , como se educó en conventos y aprendió a leer y a leer de verdad, tuvo ese primer señuelo, para entablar amistad con Bolívar cuando el 11 de junio de 1822, se conocieran en casa de la familia Larrea y Bolívar le habló de los poetas Virgilio y Horacio, y ella le habló de Tácito y Plutarco y así demostraba ya su amor por él y sus tendencias hacia la política y como estratega de guerra demostradas en Pichincha, Junín y Ayacucho a punto que el general Sucre recomienda al Libertador se le entregue a el grado de Coronel del ejército Colombiano.
Pero la literatura latinoamericana no desprecia el valor de una vida hecha para la inmortalidad y reconoce la mística libertaria de Manuela y así más abiertamente el tratamiento a la memoria de personajes femeninos, se hace evidente en la novela histórica en obras como “El arpa y la sombra de Alejandro Carpentier, la guerra del fin del mundo, de Vargas Llosa y el General en su laberinto de García Márquez. Aquí quiero recordar estos versos de Pablo Neruda:
Así, talvez desnuda, paseas con el viento
que sigue siendo ahora tu tempestuoso amante.
Así existes ahora como entonces: materia, verdad
vida imposible a traducir a muerte
¿Quién está besándola ahora?
No es ella. No es él. No son ellos
Es el viento con la bandera
Tú fuiste la libertad
Libertadora enamorada.
El poeta Ecuatoriano Humberto Vinuesa escribe un poema épico parafraseando a Bolívar en una de sus cartas a Manuela que decía “solo el orgullo de habernos vencido será nuestro consuelo” el autor dice que más bien “solo el orgullo de haberse conocido será el consuelo de ambos.
Ella dice:
Amo tu desnudez,
Tu atuendo fálico de fiesta
Tu estatura sucinta.
Amo tu placer en tu lucidez,
Nuestra inocencia en tu fantasía,
Mostré dignidad en tus rodillas
Bolívar responde:
Yo creo para ti
Palabras que serán inusitadas
Por los poetas de mañana:
Sólo el amor a la gloria deja rastros.
Esto es tu belleza Manuela.
Y cuando la turbulencia en la política desata hechos tan notables por la contrarrevolución, como los atentados a Bolívar, la separación de Venezuela, el asesinato de Sucre, empieza también la decepción del Libertador y el dolor más cruel de la ingratitud, entonces Manuelita verá partir casi muerto al que inspiró su amor, al que le enseñará que el amor fortalece el espíritu a la libertad, y que toda revolución son sentimientos humanos e inicia el voraz destierro, ese destierro físico y del alma. Altiva y con la aflicción de la partida entre susurros dirá un adiós o quizá un hasta pronto por que los amantes son eternos. Así entenderá que se va un parte de su vida para después entregar la suya por su condición nata de mujer de la libertad.
Y así también como los Bogotanos no quieren saber nada de ella, inicia su destierro provocado y también ingrato, porque no puede haber un destierro grato. A propósito tomo de “Las letras de Manuela” el siguiente texto que ilustra lo cruel del destierro o el desplazamiento forzado:
“Hay exilios que muerden y otros son como el fuego que consume. Hay dolores de patria muerta que van subiendo desde abajo, desde los pies y las raíces y de pronto el hombre se ahoga, ya no conoce las espigas, ya se terminó la guitarra, ya no hay aire para esa boca, ya no puede vivir sin tierra y entonces se cae de bruces, no en la tierra si no en la muerte. Conocí el exilio del canto y ese si tiene medicina, porque se desangra en el canto, la sangre sale y se hace canto. Y aquel que perdió madre y padre, que también perdió a sus hijos, perdió la puerta de su casa, no tiene nada, ni bandera, ese también anda rondando y a su dolor le pongo nombre y lo guardo en mi caja oscura. Y el exilio del que combate hasta en el sueño, mientras come, mientras no duerme ni come, mientras anda y cuando no anda, y no es el dolor exiliado, sino la mano que golpea hasta que las piedras del muro escuchen y caigan.
También dedicado en este bicentenario a los cuatro millones de desplazados en Colombia.
En fin, la historia se rescribe con dialogo de justicia reconociendo en la mujer su capacidad de ser humano y generadora de grandes transformaciones por su condición de poder combinar ternura, amor y voluntad contra todas las condiciones de espacio y tiempo.
Humildemente anoche 28 de junio he escrito estos versos dedicados a la libertad:
A los libertadores: Por Jaime Arcos Moncayo
Como reina ave que atravieza la cordillera
Con el grito de tu extirpe andina
Así empieza amor y libertad en plena primavera
Adornados de tu natural belleza divina
Bosques y ríos llevan tu canto
Fue tu palabra una voz de aliento
A veces fuiste la sombra en la noche con su manto
Y la buena semilla que esparció el mágico viento
Tierna, feroz y sempiterna amante
Cuerdas de lira de inspiración libertarias
Hoy América toda evoca con pasión incesante
Desde las cumbres vírgenes y milenarias.
Los dos mares eligieron como su final destino
Y entre arenas y olas danzantes,
Los sueños de los dos de un mismo camino
Quedaron entre suspiros inquietos y delirantes
Hoy hasta mi pueblo llegó tu memoria
Y de aquí con voces y deseos entrelazados
Para que los designos cumplan con la merecida historia
de reunir en el lecho a dos amantes aún enamorados