Festival de músicas y danzas andinas celebra su versión 50

Aníbal Arévalo Rosero, columnista
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Por Aníbal Arévalo Rosero
nautilus2222@gmail.com

Colombia es un país con una diversidad de culturas. Y en el sur, por sus connotaciones históricas de haber sido colonizado por culturas prehispánicas del sur del continente, tiene mucho arraigo el legado del Tahuantinsuyo o gran territorio de la cultura incaica. Es por eso que en este maravilloso sur tenemos una gastronomía, un lenguaje, unas prácticas religiosas que le rinden culto al sol, y, por supuesto, la música y la danza se corresponden a esa cultura ancestral. El carnaval andino es una manifestación única que se nutre de expresiones de la música y la danza de la gran cordillera. Y toda celebración en grande se hace con los colectivos coreográficos.

Interpretando ese legado ancestral, en San Juan de Pasto se realiza un evento que congrega a lo más granado de las expresiones andinas, se trata del Festival de Músicas y Danzas Andinas Encuentros por la vida, cuya responsabilidad en su gestión y puesta en escena recae en las manos de la Fundación Tierra que Anda, y la versión que se celebra el 1 de mayo, en la concha acústica Agustín Agualongo, corresponde al número cincuenta.

Sus raíces se originan en el año de 1992, cuando la historia nos dice que hace 500 años se presentó una invasión de españoles a nuestro continente, y frente a la superioridad bélica sometieron a nuestros antepasados. Para conmemorar   esta efeméride, entre otros actos, se realizó un gran concierto en la concha acústica con artistas locales y de Ecuador. La organización corría por parte de un colectivo denominado Autodescubrimiento.

Y, en el marco del Carnaval de Negros y Blancos, no faltaba la programación de música andina. Es a partir del año de 2003, que se tiene la realización del Festival de música andina que se hace con un propósito y se titula: Menos solos, más hermanos, y es a raíz del incendio de un sitio muy emblemático para la vida cultural de Pasto, como es la peña Mestizo, un lugar que entrañaba mucho cariño. El sentido de pertenencia por la peña lleva a que estos festivales se hagan más seguido y sea numerado.

En la actualidad se hacen dos versiones por año (el primero de mayo y el 12 de octubre). Durante la trayectoria andada hasta el momento han desfilado artistas de diferentes naciones andinas. De lo que podríamos recordar están: por Argentina: Piero, Víctor Heredia, León Gieco; de Chile: los dos Inti Illimani, Quillapayún, Illapu, Altiplano; de Bolivia: Savia Andina, Kalamarka, Proyección, Tupay; del Ecuador: Los 4 del altiplano, Ñanda Mañachi, Quimera, Tempo sur, Hayak, Humasapas; por Perú: Los Cholos; por Colombia: Nuestra América de Medellín, Ana y Jaime, Grupo Bahía de Hugo Candelario, Herencia de Timbiquí, Cantar del llano y por Italia: El trencito de los Andes.

Festival de músicas y danzas andinas en Pasto

Es importante señalar que se promueve a las agrupaciones locales que siempre hacen presencia en todos los eventos. Asimismo, se debe mencionar que la participación dancística corresponde a los países mencionados y otros como México. Un espectáculo hermoso que engalana la concha acústica es la participación de los colectivos coreográficos que son integrados por entre 160 y 200 danzantes y músicos.

Desde sus inicios y hasta la fecha el festival se ha orientado con el timón dirigido por Milton Portilla Rodríguez, quien, desde la radio, la gestión cultural de la Dirección de Cultura Departamental o el Concejo de Pasto ha logrado canalizar esfuerzos en pro de mantener vivo un legado que es un sentimiento que se lleva en la sangre del ser del sur. Cuenta con el respaldo solidario de la Secretaría de Cultura del Municipio de Pasto y Cultura del Departamento de Nariño. En el año 2012, el Concejo Municipal de Pasto aprobó el apoyo institucional.

Qué importante reconocer que Milton Portilla Rodríguez realizó un aporte decisivo en el surgimiento del colectivo coreográfico Indoamericanto, una gran institución del Carnaval de Negros y Blancos, y con ello el surgimiento del Canto a la tierra el 3 de enero que desde hace treinta años marca otro de los días que concita la atención de propios y turistas con la participación de una docena de colectivos. No menos importante el aporte realizado por Milton al mantener con vida las agrupaciones dancísticas y de música andina en el departamento de Nariño.

Ahora nuestro hermano se despide de su compromiso diciendo “hemos cumplido y hasta aquí los acompaño”. Quienes hemos transitado por estas lides sabemos que el esfuerzo en la organización de eventos de esta naturaleza es descomunal, y el alma y el cuerpo le hacen sonar una campanita en el oído indicando la hora de permitir el paso a nuevas generaciones. 

Entre datos importantes que resaltar tenemos: se presentan 12 agrupaciones por evento, el equivalente a 500 artistas y, en el recorrido de estos 50 eventos, han desfilado por el escenario 15 mil artistas. Un esfuerzo grande que requiere de 40 logísticos, 10 personas en el sonido y el número de asistentes puede llegar a 5.000 personas. 

Somos cantores por la vida: por la vida vamos cantando, y las penas vamos dejando. Bienvenida la música cuando el pueblo sabe caminar por la senda del bien amar.


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