Foto: Nilufer Demir |
libios flotando en el mar a punto de morir ahogados que ha publicado el diario
El País de España, yo, Carlos Di Palma, asumo mi condición de profesor de
historia para decir, avergonzado, que nuestra “civilización”, “cultura” o, como
quiera definirse, Occidental y Cristiana, pasará a la historia como la más
cruel, sanguinaria y terrorista que jamás haya conocido la humanidad. Eso será
lo que enseñen mis colegas en sus clases dentro de unos 100, o a lo sumo 200
años en sus clases (si antes no nos cargamos el mundo entero).
sobrevivido más de 2.000 años. Nosotros estamos en ese límite. Empezamos a
molestar y matar a esta pobre gente ya en tiempos de las Cruzadas. No queríamos
solo matar a los infieles, sino lo que buscábamos era robarles sus riquezas.
Hubo pueblos como los chinos que hicieron murallas para no ser invadidos, pero
nosotros teníamos el espíritu de invadir y saltar esas murallas. Los pueblos
que construyen muros o murallas para separarse de otros pueblos son siempre
necios, o simplemente no han aprendido nada de la Historia. Mandamos a gente
como Marco Polo que era nada más que un espía para informar que había de
robable en tan lejanas tierras. Lo mismo hicieron los exploradores ingleses en
la India y en el África. Luego de sus informes, venían los ejércitos.
necesidad del petróleo, y ahí fuimos a robar el oro negro. Casta que se
doblegaba, le perdonamos la vida y la llenamos de lujo como Arabia Saudí, y los
que se rebelaron fueron exterminados. Últimamente hemos visto como hemos
destruido sociedades como la afgana, la iraquí, la libia etc, etc, etc. Nos
mostraban los noticieros a la hora de la cena como nuestra maravillosa tecnología
bélica podía hacer volar una aldea, un barrio entero colocando una cámara de TV
en la punta del misil, destruyendo familias enteras, rebaños, cultivos
considerándolos simplemente “daños colaterales” Ahora tenemos los Drones, que
matan por control remoto… ¿es esto terrorismo? No sé ustedes, pero a mí me
produce mucho terror. No recordemos las bombas atómicas sobre Japón, ni las de
napalm sobre Viet-Nam.
Ellos no tienen “drones”, pero la
desesperación los lleva a un arma aún más terrible y precisa: los “drones
humanos”. Hemos destruido Libia que era un país estable y próspero. Era
necesario eliminar al dictador Kadafi para “regalarles “ la democracia. Francia
formó parte de la coalición y luego firmó contratos petroleros con las nuevas
“autoridades” quedándose con el 40% de la producción. Pues que ahora el país de
la “libertad, igualdad y fraternidad” se haga cargo del 40% de los refugiados.
Una importante funcionaria de la ONU ha propuesto bombardear los puertos de
salida de estas embarcaciones precarias, y da igual si los barcos están vacíos
o llenos de gente. Los refugiados, los desplazados, los desesperados se están
agolpando en nuestras fronteras. Será imposible frenarlos porque le hemos
destruido todo y solo les queda lanzarse al mar. Estamos pagando las
consecuencias de los estragos que hemos cometido para lograr “espacio vital”.
Nuestra civilización es un barco que se hunde… pronto estaremos como estos
desgraciados de la fotografía de la vergüenza.
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