Endulzando las
palabras
Por Iván
Antonio Jurado Cortés
Antonio Jurado Cortés
iajurado@yahoo.com
No es ninguna
novedad encontrar niños desnutridos en la Guajira, así como en esta región del
país es significativo el nivel de desnutrición, lo es en otras zonas de
Colombia, especialmente en departamentos con gran población indígena y afro
como Chocó, Cauca, Nariño, Caquetá, Putumayo, Amazonas, Guainía, entre otros.
Las estadísticas de estos entes territoriales así lo demuestran. Y es que en
este tema no solo se habla de desnutridos sino de malnutridos, que no son más
que personas de apariencia normal pero con un alto grado de descompensación
nutricional.
novedad encontrar niños desnutridos en la Guajira, así como en esta región del
país es significativo el nivel de desnutrición, lo es en otras zonas de
Colombia, especialmente en departamentos con gran población indígena y afro
como Chocó, Cauca, Nariño, Caquetá, Putumayo, Amazonas, Guainía, entre otros.
Las estadísticas de estos entes territoriales así lo demuestran. Y es que en
este tema no solo se habla de desnutridos sino de malnutridos, que no son más
que personas de apariencia normal pero con un alto grado de descompensación
nutricional.
Que se diga que
los niños de la Guajira son los únicos desnutridos porque medios de
comunicación así lo transmiten, es otra mentira como decir que los colombianos
somos los más felices del mundo, o que los gobiernos neoliberales priorizan la
necesidad de las clases populares. Aunque en la información se percibe una
intención amarillista; en el fondo, el objetivo es descabezar a cierto
funcionario por orden de algún cacique político; pero también ha servido para
que nuestro liviano pensamiento aterrice y reflexione acerca del tema.
los niños de la Guajira son los únicos desnutridos porque medios de
comunicación así lo transmiten, es otra mentira como decir que los colombianos
somos los más felices del mundo, o que los gobiernos neoliberales priorizan la
necesidad de las clases populares. Aunque en la información se percibe una
intención amarillista; en el fondo, el objetivo es descabezar a cierto
funcionario por orden de algún cacique político; pero también ha servido para
que nuestro liviano pensamiento aterrice y reflexione acerca del tema.
No se puede
decir que la causa de la desnutrición en el departamento de la Guajira es por
ser en su mayoría una región desértica o porque en él viven comunidades
indígenas; entonces que diríamos del Chocó, una jurisdicción en medio de la
selva pacífica, con cantidad de ríos y suelos bastante productivos, y sin
embargo, hay más niños desnutridos que en otras zonas del país. Ni que hablar
de la población nariñense, especialmente la dispersa en las áreas rurales. Lo
anterior simplemente demuestra la ausencia de una verdadera política
alimentaria, y por supuesto la ineptitud e inoperancia de los organismos
encargados de regir esta línea de la inversión pública relacionada con la alimentación
humana.
decir que la causa de la desnutrición en el departamento de la Guajira es por
ser en su mayoría una región desértica o porque en él viven comunidades
indígenas; entonces que diríamos del Chocó, una jurisdicción en medio de la
selva pacífica, con cantidad de ríos y suelos bastante productivos, y sin
embargo, hay más niños desnutridos que en otras zonas del país. Ni que hablar
de la población nariñense, especialmente la dispersa en las áreas rurales. Lo
anterior simplemente demuestra la ausencia de una verdadera política
alimentaria, y por supuesto la ineptitud e inoperancia de los organismos
encargados de regir esta línea de la inversión pública relacionada con la alimentación
humana.
Las
dificultades sociales y el bajo poder adquisitivo de la gran mayoría de las
familias colombianas, son la causa número uno de la desnutrición. Fuera de los
núcleos familiares de la mal llamada clase media, casi todos los demás pasan
grandes problemas al momento de proveerse de alimentos para su subsistencia.
Perfectamente lo podemos comprobar en la marginalidad de las grandes urbes como
Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, donde muchas familias prueban un bocado de
comida pasando uno o dos días. Incluso se ha comprobado que para mitigar el
hambre, algunas personas preparan sopas con cartón u otros materiales tóxicos.
dificultades sociales y el bajo poder adquisitivo de la gran mayoría de las
familias colombianas, son la causa número uno de la desnutrición. Fuera de los
núcleos familiares de la mal llamada clase media, casi todos los demás pasan
grandes problemas al momento de proveerse de alimentos para su subsistencia.
Perfectamente lo podemos comprobar en la marginalidad de las grandes urbes como
Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, donde muchas familias prueban un bocado de
comida pasando uno o dos días. Incluso se ha comprobado que para mitigar el
hambre, algunas personas preparan sopas con cartón u otros materiales tóxicos.
Nada lejos de
esta realidad, las comunidades rurales, quienes al no tener otra forma de
alimentarse, optan por preparar comidas repetitivas, en su mayoría
sobrecargadas de carbohidratos, desencadenantes de diversas enfermedades. Esta
vez la focalización de la noticia está en la Guajira; mientras el paneo se
corre al centro y sur del país, el gobierno nacional se come las uñas, porque
es consciente que los resultados serán desoladores.
esta realidad, las comunidades rurales, quienes al no tener otra forma de
alimentarse, optan por preparar comidas repetitivas, en su mayoría
sobrecargadas de carbohidratos, desencadenantes de diversas enfermedades. Esta
vez la focalización de la noticia está en la Guajira; mientras el paneo se
corre al centro y sur del país, el gobierno nacional se come las uñas, porque
es consciente que los resultados serán desoladores.
La desnutrición
empieza desde los cerebros encargados de diseñar las políticas promocionales y
preventivas para no llegar a la degeneración de la alimentación y nutrición. La
miope política agraria de Colombia se ha convertido en un factor determinante
al momento de refrendar el atraso alimentario y nutricional de los colombianos.
La desnutrición no solo es un problema de los entes de salud, más bien estos
cargan con una problemática propia de una equivocada e insistente planificación
agropecuaria.
empieza desde los cerebros encargados de diseñar las políticas promocionales y
preventivas para no llegar a la degeneración de la alimentación y nutrición. La
miope política agraria de Colombia se ha convertido en un factor determinante
al momento de refrendar el atraso alimentario y nutricional de los colombianos.
La desnutrición no solo es un problema de los entes de salud, más bien estos
cargan con una problemática propia de una equivocada e insistente planificación
agropecuaria.
Los niños y
jóvenes a diario seguirán muriendo por escases de alimentos, pocas veces porque
no los hay, pero la mayoría por no contar con el dinero suficiente para su
adquisición. La desnutrición no se corrige con las olímpicas visitas de
burócratas en las supuestas zonas de afectación sino con una reforma
estructural agraria. Basta con comparar los índices de desnutrición de países
como Uruguay, Argentina, Bolivia o Ecuador, prácticamente estamos en pañales
frente a nuestros vecinos.
jóvenes a diario seguirán muriendo por escases de alimentos, pocas veces porque
no los hay, pero la mayoría por no contar con el dinero suficiente para su
adquisición. La desnutrición no se corrige con las olímpicas visitas de
burócratas en las supuestas zonas de afectación sino con una reforma
estructural agraria. Basta con comparar los índices de desnutrición de países
como Uruguay, Argentina, Bolivia o Ecuador, prácticamente estamos en pañales
frente a nuestros vecinos.
La solución a
la desnutrición está en la producción agropecuaria y en la oportunidad que
tenga la gente para proveerse de alimentos básicos, recomendados para un buen
vivir. Las propuestas presidenciales deben planificarse a partir de la
necesidad popular y no desde el empresariado. En este momento coyuntural donde
expertos titiriteros se la juegan con sus mejores obras artísticas, es donde
los electores mejor deben abrir los ojos y analizar qué candidato le conviene
al país.
la desnutrición está en la producción agropecuaria y en la oportunidad que
tenga la gente para proveerse de alimentos básicos, recomendados para un buen
vivir. Las propuestas presidenciales deben planificarse a partir de la
necesidad popular y no desde el empresariado. En este momento coyuntural donde
expertos titiriteros se la juegan con sus mejores obras artísticas, es donde
los electores mejor deben abrir los ojos y analizar qué candidato le conviene
al país.
El gobierno de
Juan Manuel Santos, casi es historia, dejando una población desnutrida como
causa de las malas políticas no de él, sino de las determinaciones de la banca
privada, quien finalmente es la que ordena a cualquier presidente conservador
imponer un plan de gobierno netamente beneficioso a sus intereses. Mientras
tanto Colombia seguirá desnutrida y muerta de hambre, porque así es el mandato
gubernamental de la élite nacional, hasta que algún rebelde ejecute otra
realidad que acoja a los vulnerables.
Juan Manuel Santos, casi es historia, dejando una población desnutrida como
causa de las malas políticas no de él, sino de las determinaciones de la banca
privada, quien finalmente es la que ordena a cualquier presidente conservador
imponer un plan de gobierno netamente beneficioso a sus intereses. Mientras
tanto Colombia seguirá desnutrida y muerta de hambre, porque así es el mandato
gubernamental de la élite nacional, hasta que algún rebelde ejecute otra
realidad que acoja a los vulnerables.
Domingo, 20 de
mayo de 2018
mayo de 2018
Este es un espacio de opinión destinado a
columnistas, blogueros, comunidades y similares. Las opiniones aquí expresadas
pertenecen exclusivamente a los autores que ocupan los espacios destinados a
este fin por el blog Informativo del Guaico y no reflejan la opinión o posición
de este medio digital.
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