Familiares, compañeros y amigos acompañaron el féretro desde
el teatro Santo Tomás de Aquino, donde fue velado durante dos noches, luego
participaron en la ceremonia eucarística oficiada por los sacerdotes Emiro
Libardo Enríquez y Darío Rosero en la basílica Nuestra Señora del Rosario.

Antes de finalizar la misa el magíster Arcos Moncayo fue
objeto de un gran número de homenajes póstumos por su aporte a la educación de
la comunidad nariñense a cargo de representantes de la gobernación, de la
secretaría de educación y cultura departamental, de las asociaciones de
rectores, de las instituciones educativas de Consacá, Sandoná y La Florida.

Así mismo fue reconocido por su contribución con la política
sandoneña expresada en su labor como integrante de la Asamblea municipal
constituyente cuando se adelantó el proceso de consulta del parque principal,
identificación de personas indocumentadas, realización del primer foro
ambiental municipal, entre otros, todos ellos en los cuales se fomentó la
participación de la comunidad en la toma de decisiones.

Una vez concluida la eucaristía la multitud lo acompañó
hasta el cementerio Jardines de Paz, donde en medio de llanto y expresiones
desgarradoras de dolor fue sepultado.

El magíster Arcos Moncayo fue docente de varias escuelas en
Sandoná, posteriormente fue nombrado rector de la institución educativa San
Bartolomé de La Florida
en donde se desempeñó por un período de 16 años y últimamente estuvo vinculado
con la institución educativa Los Libertadores de Consacá durante 5 años.

Paz en la tumba del magíster Jaime Arcos Moncayo.