Por Ramiro Cabrera Cabrera
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Para comenzar les cuento la historia del estadio municipal ubicado en la Avenida Centenario, al sur del sector urbano de Sandoná.
El terreno fue comprado por la junta de Acción Comunal Central de ese entonces, presidida por el señor Esaú Parra (Q.E.P.D.), a varios propietarios, entre los que recuerdo es al señor Jorge Agreda.
En el año de 1975, si mal no recuerdo, hicimos la solicitud de la sede para el campeonato departamental de fútbol de ese año.
La sede estaba asignada para Tumaco y nosotros estábamos como suplentes. Resulta que Tumaco tuvo 10 meses para confirmar la realización del evento deportivo, caso contrario nos asignarían la sede a nosotros. En los primeros días del mes de octubre de ése año Tumaco dijo que no, por lo tanto le correspondía a Sandoná organizar el certamen deportivo.
Fue entonces cuando comenzó la odisea para cumplirle al departamento. La primera condición de la Liga Departamental de Fútbol era la adecuación del estadio que como mínimo debía estar cerrado con malla para separar a los jugadores de las barras.
La Liga de Fútbol de Nariño nos puso como condición que para autorizar la realización del campeonato, el estadio tenía que estar cerrado con malla. Para cumplir esta exigencia citamos a varios ciudadanos a una reunión en el salón del Concejo Municipal y nos dejaron solos. En vista de la apatía de los asistentes, hicimos el nombramiento con los pocos que quedábamos y se eligió dos comités, el de fútbol y el organizador del certamen. En el comité organizador se eligió como presidente al profesor Libardo Suárez Andrade y allí comenzó el trabajo.
Para resumir quiero destacar lo siguiente: el municipio con la entrada de fondos comunes que era el recaudo de los impuestos y otras entradas durante el año así como la participación que le daba el departamento por la venta de licores, no tenía la capacidad para enfrentar estos gastos. Además se estaba por terminar el año y el presupuesto por ende se encontraba copado.
Fue entonces cuando el profesor Suarez, en un acto de verdadero patriotismo y amor por su tierra, vendió los sueldos de octubre, noviembre y la prima de diciembre para prestar el dinero hasta que el Departamento hiciera el giro del auxilio destinado para este fin y pagarle al maestro contratado para esta obra que fue la persona del señor Hernando Yánez (q.e.p.d.).
El maestro Yánez, quien con su voluntad de sandoneño, también prestó dinero para el pago de obreros. Así se hizo el enmallado, se adecuaron las porterías y quedó lista la cancha para el certamen deportivo.
En otra oportunidad narraré las peripecias que sorteamos para el mencionado campeonato y como dijera Simón Bolívar: “Luchamos contra la naturaleza”.
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