El Deportivo Pasto logró el subcampeonato de la Liga Águila I, que culminó anoche en el estadio Nemesio Camacho El Campín de la ciudad de Bogotá con la definición desde el punto penal, en donde fueron más efectivos los jugadores del Junior de Barranquilla lo que les permitió conquistar el título y la novena estrella en el fútbol profesional colombiano.
En el plano deportivo lo realizado por el equipo del sur de Colombia es muy satisfactorio porque luego de estar en los últimos lugares del torneo y en la zona del descenso en las ocho primeras jornadas, gracias a la conducción del profesor Alexis García pudo enlazar una seguidilla de seis victorias en línea que lo impulsaron para luchar por la clasificación a los cuadrangulares semifinales.
En el sorteo para definir con que equipos le tocaría jugar para pretender llegar a la gran final, le tocó con dos equipos tradicionales: Millonarios, el favorito para ganar el grupo y el campeonato y el América de Cali, y de igual manera el recién ascendido Unión Magdalena.
Contra todos los pronósticos el Deportivo Pasto pudo clasificar a la final en una angustiosa última fecha cuando los resultados lo favorecieron: victoria ante el Magdalena en el estadio municipal de Ipiales y derrota de los albiazules de locales frente a los diablos rojos.
En la serie final frente al Atlético Junior, perdió el partido de visitante y ganó el partido de “local”, en Bogotá, porque la División Mayor del Fútbol Colombiano – Dimayor – decidió que en el estadio de Ipiales no podía jugarse la final porque no cumplía con los requisitos exigidos para este tipo de eventos.
En el juego se pierde y se gana y en esta oportunidad al Deportivo Pasto le tocó perder, situación que muy rápidamente asimilaron los directivos, cuerpo técnico, jugadores y aficionados quienes aplaudieron a los triunfadores en el estadio capitalino.
Pero más allá de lo esencialmente futbolístico y del juego en sí, el Deportivo Pasto en el último mes influyó positivamente en toda la población nariñense, porque logró compenetrarse con su cultura. El equipo logró unirnos a pastusos y nariñenses, quizá porque en esta oportunidad le tocó jugar en un escenario diferente al estadio Libertad.
La entrega y en algunos casos la mística de los futbolistas, demostrada en los partidos semifinales y en la gran final, logró contagiarnos a todos los nariñenses, los que residimos en este territorio y los que, por razones de trabajo o estudio, han tenido que salir de su patria chica.
Nuevamente volvieron a sonar en los medios nacionales los temas musicales que identifican nuestra cultura como La Guaneña, El Sonsureño o unas estrofas del himno del Departamento de Nariño, interpretado por el artista pastuso Lucio Feuillet, en la antesala de la gran final, que nos revivieron el orgullo de haber nacido en este territorio del sur colombiano, lleno de montañas y de un enorme talento humano.
Gracias Deportivo Pasto por tanto.
