Remembranzas consaqueñas
Preparativos de la conmemoración
Por José Rodrigo Rosero Tobar
roserotobarjoserodrigo@gmail.com
Volver sobre pasos recorridos de la historia de un pueblo, es tanto como traer al presente esos hechos que por nuestra propia indolencia se van estancando en los anaqueles del olvido.
Ya muy cerca de la fecha del bicentenario de la batalla de Bomboná, poco se conoce de actuaciones tendientes a conmemorar este acontecimiento de la historia y la historiografía colombiana, el que se ha recordado de diferentes maneras a lo largo de la vida republicana del hoy territorio nacional.
Hace cien años, con ocasión del centenario, además de los despampanantes festejos locales, se expidió la ley 59 del 28 de diciembre de 1921, asociando a la nación a la celebración; también la ordenanza No. 21 del 12 de abril de 1921 de la Asamblea Departamental, declarando día cívico el 7 de abril de 1922, ordenando una exposición agrícola, pecuaria, artística e industrial, la colocación de una lápida de mármol en la piedra, la orden de concluir los trabajos de la carretera que conducían al campo de Bomboná, la apertura de un concurso literario sobre la batalla (premiado con una medalla de oro y $ 200) y, para la organización de la efemérides, la creación de una junta central.
Hoy, cursa en el congreso un proyecto de ley señalado como el 093, para exaltar el bicentenario de la batalla, buscando que la nación se asocie con proyectos de patrimonio material e inmaterial, de remodelación, recuperación y construcción de monumentos escultóricos, celebrar un congreso de historia binacional, implementación de la cátedra Bomboná, restauración de la casa de la hacienda, la producción y emisión de documentales, la incorporación del acontecimiento en la enseñanza de la historia nacional y también con obras de carácter histórico y cultural.
Es posible que tengamos cierta resistencia a las actuaciones de los gobiernos centrales en estos casos, pero lo cierto es que si desde nuestro refugio no damos a conocer su importancia como tal, jamás extenderán su mirada hasta contornos tan lejanos físicamente de los entornos centrales, porque en este tipo de sucesos, sigue siendo prominente el peso de acontecimientos sucedidos en la capital.
Anualmente, en los discursos se evoca a los personajes y circunstancias ligadas a la acción, pero, es cierto también que se deslizan a aspectos del presente, siendo la escenificación del pasado solo uno de los recursos para tratar de atraer la mirada hacia un pueblo perdido en los anales geográficos oficiales, no obstante su protagonismo en el desarrollo institucional, a pesar de las adversidades pero también de la importancia de su pasado ancestral.
Cabe preguntarnos por la participación del pueblo en los preparativos del homenaje y por la actitud digamos de las élites frente al estamento popular, élites que se conforman de acuerdo a los designios de quienes ostentan el gobierno local. El pueblo no deja de sentirse excluido de las diversas actividades preliminares, porque prima el hacer gala de una designación de carácter público para enrolarlo en el engranaje del diagrama de una clase precariamente dominante en el tiempo, para hacerlo partícipe, incluirlo y agendar, hablando claro está del entorno coloquial. Existen, en estas conmemoraciones, quienes hacen protagonismo a diferencia de quienes tendrían la facultad de protagonizar.
Consacá, 12 de noviembre de 2021
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