La Navidad

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Rincón consaqueño
Por José Rodrigo Rosero Tobar
roserotobarjoserodrigo@gmail.com

En una época caracterizada por la enajenación de las gentes abrumadas por los medios electrónicos y de comunicación, afortunadamente la Navidad persiste, si bien no con tanta devoción y entusiasmo como antaño, si guarda en su seno la convivencia con amigos y familiares en medio de un ambiente festivo que inunda las casas de luces multicolores, las calles con adornos propios de esta celebridad, la representación del belén y el adorno del árbol de Navidad.

La Navidad, palabra que proviene del latín Nativitas, significa nacimiento y conmemora el nacimiento de Jesucristo el 25 de diciembre de cada anualidad.

Como festividad fue reconocida entre los años 308 y 312, cuando el emperador Constantino permitió celebrarla en el Imperio romano, aunque se comenta que sus antecedentes habría que situarlos entre los años 320 y 323, siendo el papa Julio I quien fijó su solemnidad para el 25 de diciembre, luego el papa León Magno, en el año 440 estableció esa fecha para la conmemoración y, finalmente, en el año 529 el emperador Justiniano la declaró como fiesta del Imperio de manera oficial.

La primera representación del belén, que escenificaba el nacimiento de Cristo, la realizó San Francisco de Asís en 1223, cuando intentando evangelizar a la población de Greccio en Italia, pidió una dispensa al papa Honorio III, para poderlo crear y lo hizo en una cueva próxima a la ermita de esa localidad; a su vez, la tradición del árbol de Navidad habría que situarlo en Alemania en el siglo VIII, con versiones encontradas que le dan preponderancia a cierta acción de San Bonifacio cuando dejó un abeto, al cual en nombre del niño Jesús se lo empezó a venerar.

Esperamos la Navidad al son de cantos y vuelos que invaden la extensión con su ritmo sin igual, sumergiéndonos de inmediato en un vasto panorama representado en el nido de paja, la mula y el buey, la Virgen con su sonrisa, la nieve que se esparce en el pinar, aparece una hermosa estrella tras la cual los tres reyes magos avanzan sin cesar, los ángeles con su encanto, los claveles y el rosal, la noche que se contenta aunque las palmas se estremecen ante la inclemencia invernal, las ovejuelas se encogen, la escarcha se extiende airosa en el pastizal, María y José están agradecidos, una nueva vida llega y todo es regocijo, el niño ha nacido ya.

Consacá, 16 de diciembre de 2022

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