Visión de mujer
Por Elsy Melo Maya
elsy.ya@hotmail.com
Cada día el reporte de afectados en Colombia con el COVID 19 asciende y Nariño no es la excepción, máxime cuando por ser un departamento de frontera, estamos expuestos a la circulación de migrantes, especialmente desde el vecino país del Ecuador; así mismo aparecen nuevos casos en Ancuya y La Florida, causando más zozobra y temor entre los habitantes del Sur occidente del Departamento.
Las cifras diariamente cambian y nos ponen en contexto sobre la situación, pero pareciera que el tema va más allá de la pandemia. El COVID 19 trae consigo muchos análisis e interpretaciones desde los diferentes aspectos. Por ejemplo entre nuestros mayores, se dice que es una prueba de Dios, para quien todos somos iguales, con la que busca medir el grado de compromiso y solidaridad entre todos, porque uno de los legados para la humanidad, corresponde a su principal doctrina, en la que nos invita a amarnos los unos a los otros, como Él nos amó.
En la vida real, no siempre esto se aplica y lo común y corriente, suele ser la continua competencia de una u otra forma, la rivalidad constante, y las marcadas diferencias fácilmente apreciables en todas y cada una de las sociedades, inclusive en aquellas que son de corte comunitario. Pues bien, frente al COVID 19 todos somos iguales, y el tener mayor o menor cantidad de recursos disponibles, no hace la diferencia entre el contagio y la cura de la enfermedad; todos, sin distinción alguna de raza, sexo o condición social, estamos llamados a extremar precauciones no solo por nuestra vida, sino por la de nuestros seres queridos y por la de los demás. ¿Será esta una prueba divina como lo catalogan algunos?
Los ambientalistas por su parte, consideran que es un llamado de atención para que el hombre aprenda a respetar a la naturaleza en su conjunto y por encima de cualquier otro interés, como aquellos que no tienen limite cuando de buscar incrementar sus riquezas se trata. Basta mirar el comportamiento relajado de los animales silvestres, la recuperación de los bosques y los mares o la mejoría en la calidad del aire, y todo por cuenta de la cuarentena que ha obligado al ser humano a refugiarse.
¿Quiénes tienen la razón? Lo cierto es que a la luz de los acontecimientos, el avance del COVID 19 y las medidas que se toman para lograr su contención, el pequeño virus, de alto contagio y leve mortalidad, está cambiando la forma de vida del ser humano, y sus consecuencias llevan sin necesidad de tanto análisis, a que el hombre reflexione sobre su comportamiento en términos generales frente al mismo ser humano y frente a la naturaleza, para beneficio de todos.
Mayo 4 de 2020
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Excelente reflexión.