
En el sur del país, donde la montaña se une con la fe y el alma del pueblo se expresa en la espiritualidad, nace una estrategia que busca mucho más que atraer turistas: se trata de “Nariño, Tierra de Fe y Espiritualidad”, una propuesta que combina turismo, cultura, historia y religión como herramienta de encuentro, reconciliación y desarrollo regional.
La iniciativa, impulsada por la Gobernación de Nariño y las tres diócesis del departamento, invita a los visitantes a recorrer no solo templos y santuarios, sino también a sumergirse en la historia viva, las tradiciones y las expresiones de fe de comunidades que han resistido con esperanza y han construido identidad desde su espiritualidad.
La cartilla incluye una detallada ruta por 19 templos, ubicados en distintas subregiones del departamento, entre los que se destacan el Santuario de Nuestra Señora de Las Lajas en Ipiales —considerado uno de los templos más bellos del mundo—, el Santuario de Nuestra Señora de la Playa en San Pablo, el Santuario de la Visitación en Ancuya, y la Basílica Nuestra Señora del Rosario en Sandoná, que guarda el Cristo en madera más grande de Suramérica.
Además de su riqueza arquitectónica y religiosa, muchos de estos lugares están asociados a hechos históricos, leyendas y milagros populares, como es el caso del Señor de los Milagros en Túquerres, Nuestra Señora del Rosario en Iles o la Virgen de Lourdes en Pasto, fortaleciendo así una oferta turística única basada en el turismo de creencias y el respeto por las costumbres locales.
“Nariño, Tierra de Fe y Espiritualidad” se proyecta como un modelo de turismo responsable, integrador y transformador, que valora la herencia cultural, promueve la paz y fortalece los lazos comunitarios. En un contexto marcado por el avance de los diálogos regionales de paz, esta estrategia también busca posicionar al departamento como un destino seguro, confiable y lleno de significado para los peregrinos y viajeros nacionales e internacionales.
Desde los Andes hasta el Pacífico, esta tierra espera con los brazos abiertos a quienes deseen vivir una experiencia que va más allá del viaje: un encuentro con lo sagrado, con la memoria colectiva y con el alma de un pueblo que florece desde la fe.
Fuente: Gobernación de Nariño