Columna DESDE NOD
Por Alejandro García Gómez
pakahuay@gmail.com
Quizá su condición de profesional de la
educación infantil especial y de haber dedicado gran parte de su vida laboral
al trabajo con esas personas, aunado a su natural talento literario conocido
por mí desde los pupitres de taller que coincidimos donde el desaparecido Mario
Escobar Velásquez –quien se entregaba por entero a sus alumnos- le han
permitido a Gustavo Henao Chica ser un escritor que ahonda en el conocimiento
del ser humano y por eso los relatos de su buen libro de cuentos, donde combina
la hondura humana con el sencillo discurrir de la cotidianidad, no permiten
dejar de leerse hasta terminarlas, a pesar de una puntuación descuidada, que a
veces pone en peligro hasta su estilo.
educación infantil especial y de haber dedicado gran parte de su vida laboral
al trabajo con esas personas, aunado a su natural talento literario conocido
por mí desde los pupitres de taller que coincidimos donde el desaparecido Mario
Escobar Velásquez –quien se entregaba por entero a sus alumnos- le han
permitido a Gustavo Henao Chica ser un escritor que ahonda en el conocimiento
del ser humano y por eso los relatos de su buen libro de cuentos, donde combina
la hondura humana con el sencillo discurrir de la cotidianidad, no permiten
dejar de leerse hasta terminarlas, a pesar de una puntuación descuidada, que a
veces pone en peligro hasta su estilo.
“En la mochila de mi prima”, para mí uno de
los mejores, es otro de los relatos del lumpen de la barriada. El eterno “a que
te cojo ratón, a que no gato ladrón”, entre muchachos del “No futuro” contra
policías, cuando aquellos no pertenecen a bandas delincuenciales mayores y no
alcanzan a pagarles un “impuesto” de
sobrevivencia. Estos son lumpen del más bajo, de los que inician, o robando billeteras o distribuyendo drogas al
por menor y que van aspirando a “cargos mayores”, como ser sicario, para ser
luego jefe de “combo”, para llegar a ser jefe banda, etc., si antes no los
matan. Henao los presenta no como la maldad personificada ni como esa “pobre
gente” o esos “tales por cuales” vistos desde acá, desde los “barrios
decentes”. Desenrolla el hilo de sus vidas como si tal cosa, como una
costumbre, como una vida que les tocó vivir porque no conocen otro destino para
ellos a pesar de que el cine y la televisión les muestren una ensoñadora
fantasía diferente. Y claro está, el amor no podía faltar en este relato, donde
su fondo es la miseria llamada lumpen, pero el nudo se rompe por la crisis
amorosa.
los mejores, es otro de los relatos del lumpen de la barriada. El eterno “a que
te cojo ratón, a que no gato ladrón”, entre muchachos del “No futuro” contra
policías, cuando aquellos no pertenecen a bandas delincuenciales mayores y no
alcanzan a pagarles un “impuesto” de
sobrevivencia. Estos son lumpen del más bajo, de los que inician, o robando billeteras o distribuyendo drogas al
por menor y que van aspirando a “cargos mayores”, como ser sicario, para ser
luego jefe de “combo”, para llegar a ser jefe banda, etc., si antes no los
matan. Henao los presenta no como la maldad personificada ni como esa “pobre
gente” o esos “tales por cuales” vistos desde acá, desde los “barrios
decentes”. Desenrolla el hilo de sus vidas como si tal cosa, como una
costumbre, como una vida que les tocó vivir porque no conocen otro destino para
ellos a pesar de que el cine y la televisión les muestren una ensoñadora
fantasía diferente. Y claro está, el amor no podía faltar en este relato, donde
su fondo es la miseria llamada lumpen, pero el nudo se rompe por la crisis
amorosa.
Otro de los buenos relatos es “Antes de las
ocho”. En la universidad era usual que algún compañero perezoso, pero astuto,
se pegara de los más destacados con salemas como armas a las que es muy
propensa la caída del ególatra ser humano que todos llevamos dentro. Si era una
compañera, manejaba su coquetería y “calentaba sin darlo”. Ambos
comportamientos no son sólo de la sociedad universitaria –anterior y actual-;
la sociedad reacciona así. El encanto de Gustavo Henao Chica se encuentra en
los detalles con los que la cuenta, que es otra virtud del buen escritor, saber
cómo contar esa realidad que muchos ven. Descubrir y revelar los misterios de
lo real.
ocho”. En la universidad era usual que algún compañero perezoso, pero astuto,
se pegara de los más destacados con salemas como armas a las que es muy
propensa la caída del ególatra ser humano que todos llevamos dentro. Si era una
compañera, manejaba su coquetería y “calentaba sin darlo”. Ambos
comportamientos no son sólo de la sociedad universitaria –anterior y actual-;
la sociedad reacciona así. El encanto de Gustavo Henao Chica se encuentra en
los detalles con los que la cuenta, que es otra virtud del buen escritor, saber
cómo contar esa realidad que muchos ven. Descubrir y revelar los misterios de
lo real.
“Ante el divo Iosepho” lo ambienta en la
esquina de la iglesia de San José, en Medellín. Todo un universo de espacio y
tiempo ocurren en ese sitio a unos deportistas profesionales nacidos en la
miseria y cuya vida los encuentra allí aún. Al uno, el tiempo lo ha convertido
en un sobrante humano, que la sociedad de consumo lo descarta como viejo
desecho. El otro, espera que ese mismo tiempo -pero a futuro, y desde hace
mucho- le dé la oportunidad soñada. La tragedia también se adivina inevitable.
esquina de la iglesia de San José, en Medellín. Todo un universo de espacio y
tiempo ocurren en ese sitio a unos deportistas profesionales nacidos en la
miseria y cuya vida los encuentra allí aún. Al uno, el tiempo lo ha convertido
en un sobrante humano, que la sociedad de consumo lo descarta como viejo
desecho. El otro, espera que ese mismo tiempo -pero a futuro, y desde hace
mucho- le dé la oportunidad soñada. La tragedia también se adivina inevitable.
Henao ambienta sus veinticuatro cuentos “De la
intimidad” en las calles de Medellín o en algún camino de alguna vereda
cafetera o en alguna población antioqueñas con los calificativos y los modos
del hablar paisa del barrio o del campo, que es la manera de conversar de él
con quienes lo conocemos. Su mérito está en que su talento los alumbra con el
universal sol de todos.
intimidad” en las calles de Medellín o en algún camino de alguna vereda
cafetera o en alguna población antioqueñas con los calificativos y los modos
del hablar paisa del barrio o del campo, que es la manera de conversar de él
con quienes lo conocemos. Su mérito está en que su talento los alumbra con el
universal sol de todos.
(*) HENAO CHICA, Gustavo. “De la intimidad.
Cuentos”. Taller de impresores Léanlo. Medellín. 2014. 160 pp. 10.VIII.14
Cuentos”. Taller de impresores Léanlo. Medellín. 2014. 160 pp. 10.VIII.14
Este es un espacio de opinión destinado a
columnistas, blogueros, comunidades y similares. Las opiniones aquí expresadas
pertenecen exclusivamente a los autores que ocupan los espacios destinados a
este fin por el blog Informativo del Guaico y no reflejan la opinión o posición
de este medio digital.
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