Este Viernes Santo, en la noche, los fieles de Sandoná se unieron en fervorosa devoción para participar en la solemne procesión del Santo Sepulcro, organizada por la Congregación de Esclavos del Santo Sepulcro de esta localidad. Por primera vez, tres mujeres con ramos de flores acompañaron al Santo Sepulcro en su recorrido.
Este emotivo evento contó con la participación activa de diversas congregaciones, incluyendo las de la Santa Cruz, el Señor de las Siete Caídas, Las Insignias de Jesucristo, La Verónica, San Juan, los Santos Varones y la Virgen de Dolores.
Presidida por el padre Hernán Urbano y el seminarista Miguel Estupiñán, la procesión inició frente a la basílica Nuestra Señora del Rosario, recorriendo las principales calles y barrios de la localidad. Hacia el norte, pasando por los barrios San Carlos y Naranjal hasta llegar al parque del barrio San Francisco, y luego dirigiéndose hacia el sur, atravesando los barrios San Francisco, San Carlos, Comercio, Obrero, Hernando Gómez hasta la calle 12, descendiendo al barrio Meléndez y tomando la carrera 5 hacia el centro de la población. Finalmente, la procesión culminó su recorrido en el templo parroquial, luego de hacer la U por el parque principal.
Previamente a la procesión, en la basílica sandoneña, el presbítero Roberto Hoyos presidió el conmovedor Sermón de las Siete Palabras, con la participación de los profesores Libardo Suárez, Sofonías Rodríguez, Luis Germán Maya, el ingeniero Miguel Córdoba y los seminaristas John Meneses y Miguel Estupiñán.
En seguida, el padre Hoyos pronunció el Sermón del Descendimiento, contando con la participación especial de la Congregación de los Santos Varones y la participación de la Congregación de Esclavos del Santo Sepulcro.
El Santo Sepulcro, con la imagen de Jesucristo, permanece en el centro de la basílica, ofreciendo un espacio de recogimiento para que los fieles puedan acercarse y elevar sus oraciones en un ambiente de profunda espiritualidad.
Esta procesión del Santo Sepulcro no solo ha sido un evento de profunda significación religiosa, sino también una manifestación conmovedora de la fe y la devoción del pueblo de Sandoná.