Se difundió “Laudato si”, la encíclica del papa Francisco sobre el medio ambiente

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Foto: lanacion.com.ar
Tomado de
Roma.- Es mucho más que una encíclica
“verde”. En Laudato si, sobre el cuidado de la casa común, publicada
hoy por el Vaticano en medio de inmensa expectativa y luego de gran revuelo por
la filtración de un borrador, el papa Francisco no sólo lanza un llamado de
alerta ante el cambio climático actual, con consecuencias desastrosas, sino
urge acciones concretas ante la degradación social que ha sufrido el planeta en
los últimos dos siglos
.

En su esperadísimo documento, el primer Papa
del Sur del mundo, luego de destacar que la crisis ecológica es una
manifestación externa de la crisis ética, cultural y espiritual de la
modernidad, invita a todos, no sólo a los católicos, a una “valiente revolución
cultural”. Critica con fuerza a los “poderes económicos” y llama
con fuerza a una “conversión ecológica”, a un “cambio radical en
el comportamiento de la humanidad” –con un estilo de vida más sobrio,
simple, solidario, menos acelerado y consumista
-, así como a un cambio del
sistema mundial, “insostenible desde diversos puntos de vista”.
“Hoy no podemos dejar de reconocer que un
verdadero planteo ecológico se convierte siempre en planteo social, que debe
integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto
el clamor de la tierra como el clamor de los pobres
“, escribe el Papa, con
lenguaje simple y directo, accesible a todos.
“Nunca hemos maltratado y lastimado
nuestra casa común como en los últimos dos siglos”, denuncia. “Nadie
pretende volver a la época de las cavernas, pero sí es indispensable aminorar
la marcha para mirar la realidad de otra manera, recoger los avances positivos
y sostenibles y, a la vez, recuperar los valores y los grandes fines arrasados
por un desenfreno megalómano
“, sugiere.
Titulada como el famoso cántico de las
criaturas de San Francisco -Laudato si (Alabado seas)- y dividida en 6
capítulos, la encíclica, que sobre todo en Estados Unidos es esperada con
inmensa expectativa, subraya “las raíces humanas” del deterioro
ambiental que vivimos. Y a lo largo de sus 187 páginas en su versión español
-el idioma en la que fue escrita-, aborda la problemática ecológica a través de
una óptica original: la íntima relación entre los pobres y la fragilidad del
planeta; la convicción de que en el mundo todo está conectado; la crítica al
nuevo paradigma y a las formas de poder que derivan de la tecnología
; la
invitación a buscar otros modos de entender la economía y el progreso; el valor
propio de cada criatura; la necesidad de debates sinceros y honestos; la grave
responsabilidad de la política internacional y local; la cultura del descarte y
la propuesta de un nuevo estilo de vida.
La tierra, nuestra casa, parece
convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería
“, dispara el
ex arzobispo de Buenos Aires, que enumera en la primera parte del documento
diversas formas de contaminación, así como el “preocupante calentamiento
del sistema climático”. Como es sabido, éste ha provocado el constante
crecimiento del nivel del mar, eventos metereológicos extremos, el agotamiento
de recursos vitales como el agua potable, y la disminución de selvas, bosques y
biodiversidad.
“Se ha vuelto urgente e imperioso el
desarrollo de políticas para que en los próximos años la emisión de anhidrido
carbónico y de otros gases altamente contaminantes sea reducida
drásticamente”, asegura el Papa, que llama a la utilización de fuentes de
energías limpias y renovables
. El mismo Francisco -que en el texto cita a
diversas conferencias episcopales y a sus predecesores, Benedicto XVI y San
Juan Pablo II -, había dicho en enero que esperaba que este documento pueda
ayudar a lograr un acuerdo en la cumbre sobre cambio climático que tendrá lugar
en París, en diciembre próximo.
Con su habitual estilo, directo y claro,
comprensible a todos, el Papa menciona “la pobreza del agua” que se
da especialmente en África, así como el gravísimo problema de la calidad de
agua disponible para los pobres. Y critica la tendencia a privatizar este
recurso: “En realidad, el acceso al agua potable y segura es un derecho
humano básico
“, sentencia, fustigando a su vez el derroche de agua.
Al hablar de la Amazonia y la cuenca fluvial
del Congo como “grandes pulmones del planeta”, denuncia que “no
se pueden ignorar los enormes intereses económicos internacionales que, bajo pretexto
de cuidarlos, pueden atentar contra las soberanías nacionales
“. “De
hecho, existen propuestas de internacionalización de la Amazonia que sólo
sirven a los intereses económicos de las corporaciones trasnacionales”,
acusa, citando el documento de Aparecida.
En todo el documento el Papa insiste en que
“el deterioro del ambiente y de la sociedad afectan de un modo especial a
los más débiles del planeta” y que todo es consecuencia de haber del
antropocentrismo, es decir, de haber puesto al hombre como el centro de todo.
Recuerda que se desperdicia aproximadamente un tercio de los alimentos que se
producen y “el alimento que se deshecha es como si se robara de la mesa
del pobre
“.
SOBRE LOS “PODERES ECONÓMICOS”
Asegura que hay una “deuda
ecológica” entre el Norte y el Sur. Y que mientras “la deuda externa
de los países pobres se ha convertido en un instrumento de control, no ocurre
lo mismo con la deuda ecológica
“. “La tierra de los pobres del Sur es
rica y poco contaminada, pero el acceso a la propiedad de los bienes y recursos
para satisfacer sus necesidades vitales les está vedado por un sistema de
relaciones comerciales y de propiedad estructuralmente perverso”, afirma.
Francisco critica duramente al “paradigma
tecnocrático” actual, que tiende a ejercer su dominio sobre la economía y
la política. Cita varias veces a Caritas in veritate, la encíclica
“económica” de su predecesor Benedicto XVI y destaca que “el
mercado por sí mismo no garantiza el desarrollo humano e integral y la
inclusión social
“.
Los poderes económicos continúan
justificando el actual sistema mundial, donde priman una especulación y una
búsqueda de la renta financiera que tienden a ignorar todo contexto y los
efectos sobre la dignidad y el medio ambiente
“, acusa. “Así se
manifiesta que la degradación ambiental y la degradación humana y ética están
íntimamente unidas”, agrega.
Para salir de esa “espiral de
autodestrucción en la que nos estamos sumergiendo”, Francisco invita
finalmente a un cambio de rumbo. “Para afrontar los problemas de fondo,
que no pueden ser resueltos por acciones de países aislados, es indispensable
un consenso mundial que lleve, por ejemplo, a programar una agricultura
sostenible y diversificada, a desarrollar formas renovables y poco contaminantes
de energía
, a fomentar una mayor eficiencia energética, a promover una gestión
más adecuada de los recursos forestales y marítimos, a asegurar a todos el
acceso al agua potable”, indica.

Sin pelos en la lengua, asegura que “las
cumbres mundiales sobre el ambiente de los últimos años no respondieron a las
expectativas por falta de voluntad política”. Por otro lado, indica que
“los países pobres necesitan tener como prioridad la erradicación de la
miseria y el desarrollo social de sus habitantes, aunque deban analizar el
nivel escandaloso de consumo de algunos sectores privilegiados de su población
y controlar mejor su corrupción
“. “También es verdad que deben
desarrollar formas menos contaminantes de energía, pero para ello requieren
contar con la ayuda de los países que han crecido mucho a costa de la
contaminación actual del planeta”, agrega.

Nota completa:

http://www.lanacion.com.ar/1802779-se-difunde-laudato-si-la-enciclica-del-papa-francisco-sobre-el-medio-ambiente

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