Visión de mujer
Por Elsy Melo Maya
elsy.ya@hotmail.com
Históricamente la mujer ha tenido que enfrentar la discriminación, los estereotipos que la sociedad misma ha creado y que son los responsables de la brecha de desigualdad que aún en la actualidad persiste. Las cifras lo demuestran y las evidencias cotidianas lo corroboran, en la totalidad de los espacios en los cuales la mujer ha pretendido desempeñar su rol, poner en práctica sus conocimientos, ser constructora de paz y de país, trascender fronteras y limitaciones. Cada logro ha llevado consigo, una lucha previa contra las costumbres arraigadas, la estigmatización y la cultura ancestral de ubicar a la mujer como el sexo débil e inferior.
Por eso no llama la atención que, en esta ocasión, la mujer deportista deba enfrentarse a ese estereotipo machista de que el fútbol es un deporte establecido para los hombres. Nada raro en un país que vibra, se emociona, sufre y festeja, pero por los equipos de fútbol masculino; tan masculino que existen las barras bravas donde los “más machos” absurdamente acaban con la vida de los contrincantes, por el solo hecho de “pertenecer” a otro equipo y llevar una camiseta de diferente color pero que para ellos, identifica una forma de ser, de pensar y de vivir y sigue siendo la causante de muchas tragedias.
Sabemos perfectamente que hablar del fútbol femenino, es hacer referencia a un proceso relativamente nuevo en Colombia, precisamente por la estigmatización existente desde siempre. Pero lo que no tiene presentación, es que las entidades encargadas de promover el deporte, sean las causantes de afectar de manera directa y grave, la carrera profesional de las jugadoras que representan al país a nivel internacional, como consecuencia de las decisiones adoptadas últimamente, a pesar de haber pasado a la final de la Copa América, clasificando directamente al Mundial Femenino y a los Juegos Olímpicos, a diferencia de la selección masculina. Razón suficiente para protestar como simbólicamente lo hicieron, levantando sus brazos en señal de triunfo, pero empuñando su mano, como muestra de protesta ante la falta de apoyo. Y como era apenas obvio, no faltaron los cientos de fanáticos del fútbol e inclusive diversos medios de comunicación, que, en vez de apoyar su reclamo, criticaron su justo reclamo.
La DIMAYOR brilló con luz propia comunicando la desafortunada cancelación de la liga femenina, que sería disputada en el 2º semestre del 2022, alegando “dificultades económicas”. Nada raro tampoco, pues este deporte a nivel profesional, cada vez se caracteriza más por ser un negocio y muy lucrativo, que no en pocas ocasiones se ha visto envuelto en escandalosos episodios de corrupción.
Con seguridad que esta lucha por “la ilusión del trabajo en equipo, de la equidad en las condiciones de trabajo y competencia”, es un reto más de los que han sabido librar nuestras excelentes deportistas y sin dudarlo, sus triunfos serán la mejor respuesta a las incoherencias de quienes supuestamente se crearon para impulsar el deporte.
1 de agosto de 2022